La lupa: El balón parado y las segundas partes elevan al Oviedo
Los azules han anotado más de un tercio de sus goles a través de la estrategia e irían líderes si solo se contabilizasen los encuentros tras el descanso
La gran victoria del Real Oviedo ante el Levante volvió a dejar varias cosas claras. La primera, que con lanzadores del nivel de Santi Cazorla y Santiago Colombatto, los azules tienen un potencial tremendo en las acciones a balón parado; y la segunda, el enorme contraste que sigue evidenciando el equipo de Luis Carrión entre ambas mitades. Si solo se tuviesen en cuenta las segundas partes, el Oviedo iría líder, mientras que si fuese solo los primeros 45 minutos, los carbayones ocuparían la penúltima plaza.
Vayamos por partes. Para entender la victoria del pasado sábado hace falta poner el foco en las jugadas de estrategia. Por cantidad, calidad y ejecución. El Oviedo lanzó 13 saques de esquina y varias faltas laterales que pusieron en serias complicaciones a la defensa del Levante. Y ante la falta de peligro a través del juego dinámico, los azules encontraron en la esquina y en Santi Cazorla a sus principales aliados. De hecho, el de Llanera dio una auténtica exhibición cambiando hasta de pierna en función de lo que veía mejor para los suyos. Cosas que no están al alcance de cualquiera.
⬅️➡️ Con la derecha y con la izquierda.
— Fútbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) March 2, 2024
Pocos jugadores tienen la capacidad para centrar saques de esquina con ambas piernas.
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De las botas de Santi nació la acción del primer tanto, que se cocinó dentro del área entre los dos centrales. Dani Calvo la peinó y Oier Luengo la prolongó con la espuela como si fuese un delantero. Y con un Levante noqueado, esta vez el Oviedo aprovechó otro tipo de jugada a balón parado que cada vez está más de moda en el fútbol: los saques de banda. Viti sacó rápido y Cazorla hizo el resto: el resultado, el segundo gol, obra de Masca.
En apenas unos minutos, el Oviedo le había dado la vuelta a un partido que tenía mala pinta, pero tuvo que sobreponerse a otro duro golpe como fue el golazo de Carlos Álvarez a falta de 15 minutos para el final. Y lo hizo, como no, a través de otra jugada a balón parado. Esta vez no estaba Cazorla, pero sí Colombatto. Y el argentino la puso a las mil maravillas para repetir una jugada ensayada que ya funcionó en El Sardinero: Dani Calvo emergió como un obús al primer palo y Andrés Fernández solo pudo recoger el balón del fondo de la red.
Tres goles, los tres de jugadas a balón parado. Y ya van 13 (de 37) en todo el curso, lo que significa el 35% de los goles totales del equipo. Ningún equipo en toda la Segunda División anota más goles que los azules de cabeza (10, solo el Espanyol le iguala) ni tampoco ninguno le aguanta el ritmo en el número de saques de esquina (173). Seguir así de entonados en este tipo de acciones le dará muchas más opciones en este último tercio de competición.
Por otro lado está la doble cara del equipo en la mayoría de encuentros, que puede conllevar a diferentes lecturas. La realidad es que al equipo de Carrión le cuesta más hacer daño en los primeros minutos que en la recta final, bien porque los rivales están menos cansados y llegan a tiempo a las coberturas o por un aspecto puramente mental. La sensación es que el Oviedo siempre ofrece más desparpajo y un juego más atrevido a partir del descanso. Y, al menos por ahora, los resultados están ahí.
En una clasificación imaginaria en la que solo se contabilizasen los partidos tras el paso por los vestuarios, el Oviedo iría líder de la Segunda División. Los azules han ganado 14 encuentros (casi la mitad) en las segundas partes y solo un equipo puede seguirle el ritmo en esta fase de los encuentros: el Leganés, que necesitaría ganar hoy para igualarle en esa tabla.
El gran ejemplo fue el partido del sábado, en el que los carbayones arrollaron a un Levante que se había mostrado sólido en la primera mitad, pero que no pudo hacer frente al vendaval ofensivo de la segunda. Tres goles y varias ocasiones muy claras que pudieron engordar el resultado final. La realidad es que el conjunto granota, como la mayoría de equipos que pasan por el Tartiere, tuvo que dar un par de pasos hacia atrás. “Si te meten cinco en la línea de ataque... Tienes que defender con mucha gente”, reconoció Miñambres en sala de prensa. No había otra opción.