Lo necesitaban ellos y el Oviedo

Fue un alivio para el Real Oviedo la victoria ante el Levante, desde luego, pero también el comportamiento del equipo en uno de los duelos más exigentes que les quedan. Los azules, superiores al conjunto granota en la mayor parte del encuentro, demostraron que están capacitados para pelearle de tú a tú el ascenso directo al resto de candidatos. Y si no, basta con echar la vista al partido del sábado.

Dos de las novedades en la alineación con respecto al anterior encuentro ante el Córdoba fueron Rahim Alhassane en el lateral izquierdo y Portillo en la sala de máquinas, dos jugadores que hasta el momento apenas habían tenido minutos a las órdenes de Veljko Paunovic. De hecho, es el primer encuentro en el que ambos partieron de inicio. En el caso del nigerino, el serbio solo contó con él durante la pasada jornada en El Arcángel cuando tuvo que entrar de oficio tras la lesión de Pomares. El mediocentro malagueño, por su parte, se perdió el encuentro ante el Eibar por lesión y en el resto de partidos solo disfrutó de un cuarto de hora frente al Racing de Ferrol.

Lejos de evidenciar falta de ritmo, los dos cumplieron con creces su cometido. En el caso de Rahim, el nigerino fue el mejor del Oviedo. De hecho, su actuación recordó a lo visto durante la pretemporada, con una zancada y potencia envidiable que fue lo que convenció a la dirección deportiva azul para reclutarle en verano. Además, de sus botas nació la acción que acabó en el gol, más allá de protagonizar otras jugadas de peligro por su costado. A todo ello hay que sumarle una gran actuación defensiva.

Si Rahim necesitaba un partido así para desquitarse y, de paso, ganarse la confianza de Paunovic, también Portillo. El malagueño irrumpió en el once y despachó un partido muy completo, siendo uno de los líderes del ataque azul en el campo del Levante, una de las mejores defensas del campeonato. El '10' -ese dorsal destinado a los jugadores diferenciales- no se escondió y apareció tanto por dentro como por fuera, convirtiéndose en un quebradero de cabeza para la zaga del equipo de Julián Calero.

Tras estas dos actuaciones individuales, tanto Rahim como Portillo le demostraron al técnico del Oviedo que están más que preparados y llenos de confianza para afrontar lo que viene. Sin ir más lejos, este próximo sábado ante el Huesca, un partido en el que ambos tienen muchas papeletas para que su nombre vuelva a figurar en la alineación.