Pablo Carreño reaparece en Roland Garros, suma un set y tres horas de juego

El asturiano, que cayó eliminado, por fin pudo volver a las pistas tras la lesión de codo que le mantuvo apartado desde primeros de 2023

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Pablo Carreño ATP Hamburgo
Mar, 28/05/2024 - 19:34

Pablo Carreño ha regresado este martes a competir en un torneo ATP tras casi año y medio sin poder hacerlo. El gijonés, de 32 años, accedió al cuadro final de Roland Garros gracias a su ranking protegido, pero sin la ventaja de ser cabeza de serie. Pese a su inactividad, fue capaz de llevarse el primer set ante el argentino Mariano Navone, número 31 del mundo. El asturiano terminó cediendo por 5-7, 6-1, 6-3 y 6-1 en casi tres horas de juego.

Motivado y disfrutando durante el primer set, Carreño comenzó siendo competitivo, con pocos errores y un buen revés desde el fondo de la pista. Hubo intercambio de breaks y Pablo optimizó mejor sus oportunidades. Con un revés paralelo y un ‘smash’ terminó llevándose el primer set. El segundo se inició con, de nuevo, poca solidez al servicio. Se estabilizó el argentino en ese sentido, mientras que el pupilo de Samu López empezaba a acusar la falta de resistencia. Tampoco se le veía con confianza en el saque, probablemente, como consecuencia de la lesión de codo. Así, sin mayor oposición, Navone se llevó la segunda manda.

Más igualado estuvo el tercero, aunque cayó del mismo lado. Pablo, relajado y sin presión, asumió riesgos, tratando de hacer los puntos cortos y acumulando errores no forzados. Al fin y al cabo, su misión no era otra que la de recuperar la confianza en su brazo derecho. Ni mucho menos tenía la tensión de obtener un buen resultado. La cuarta y definitiva manga también se la llevó el argentino, que no quería interrupción por la lluvia. Quizá a Carreño le hubiese venido mejor ese parón.

En cualquier caso, a pesar de una eliminación más que lógica y previsible, el ganador del Masters 1000 de Canadá en 2022 no dio la impresión de terminar con un mal sabor de boca. No competía en un ATP desde febrero de 2023 en Rotterdam, donde su codo dijo basta. A partir de ahí comenzó una etapa de parones y regresos que ninguno funcionó. Se probó en un Challenger y tampoco le pudo ir bien. Ese fue el único partido que disputó durante casi año y medio. 

Así, sin éxito con el tratamiento conservador, no le quedó otra que pasar por el quirófano. El objetivo era reaparecer poco antes de Roland Garros, tener opciones en los Juegos Olímpicos y, sobre todo, dejar atrás una lesión aún más importante que la hernia que sufrió cuando comenzaba en el circuito. Aquí a París llegó sin rodaje, se lo impidió un edema en el codo por la carga de trabajo, pero al menos volvió a competir. Se le vio tan relajado como fatigado y, aparentemente, sin mayores gestos de dolor. Esa sería la mejor noticia. También está inscrito en el cuadro de dobles.