Todo un amante del ambiente de El Molinón como rival

Luis Miguel Ramis afronta un partido en un estadio "extremadamente complicado" ante un equipo que merece más puntos de los que tiene

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Ramis
Luis Miguel Ramis celebra la victoria de su equipo en El Molinón la temporada pasada
Vie, 24/02/2023 - 18:59

Plagado de bajas pero con la intención de sumar en un campo que trae buenos recuerdos. El Club Deportivo Tenerife acostumbra a ser un rival incómodo para el Sporting cuando se juega en Asturias. Los tinerfeños han logrado puntuar en 16 de las 30 visitas que ha realizado a El Molinón. Un registro que pone en preaviso a los rojiblancos para el partido de mañana. En el banquillo un rival, todo un amante del estadio del Sporting de Gijón. 

"Es un escenario sensacional en cualquier circunstancia en la que esté jugando el Sporting. Es un ambientazo muy bonito. El Molinón-Enrique Castro Quini es una de mis debilidades. Es muy bonito jugar en ese escenario", explica deshaciéndose en elogios Luis Miguel Ramis. El entrenador del CD Tenerife, que ya sabe lo que es ganar en Gijón en dos ocasiones, habló sobre el Sporting en la previa del encuentro de mañana. 

"Están en una situación que no quieren y posiblemente no merezcan. El Sporting está unos puntos por debajo nuestro y parece que todo se tambalea (...) Ellos quieren recuperar posiciones y hacerlo ante su afición para salir de una posición que no va acorde a sus objetivos iniciales", explica el entrenador de Tarragona que no llega en una situación cómoda. De hecho, en la previa del choque comentaba que "entendería que el Tenerife hablara con otros entrenadores para la próxima temporada". 

El entrenador del conjunto tinerfeño afrontará el partido con muchas bajas. Elady Zorrilla y Waldo Rubio no estarán en El Molinón por acumulación de tarjetas, mientras que Mo Dauda cayó lesionado en el último partido y estará lejos de los terrenos de juego tres meses. Tres bajas muy sensibles en el ataque de un equipo que ya venció la temporada pasada en El Molinón. Un doblete de Enric Gallego aguaba la fiesta al equipo de Martí que continuaba con su caída libre en la tabla. Una situación que, en el caso de seguir sin sumar de tres, empezará a asemejarse demasiado.