Un maldito 17 de junio de 2001

Jornada 38 del campeonato de Liga de Primera División. Temporada 2000/01. El Real Oviedo de Radomir Antic viajaba a Mallorca con el objetivo de ganar y conseguir seguir en la élite del fútbol español por decimocuarta temporada consecutiva. No era tarea sencilla. En frente el Real Mallorca de Luis Aragonés, tercero en la clasificación y con posibilidades de acabar segundo y así evitar jugar la fase previa de la Champions League.

Los bermellones se adelantaron de penalti con un gol de Vicente Engonga, que dos años más tarde vestiría la camiseta azul. El Oviedo, además, se quedaba con diez tras expulsión de Rabarivony. En el 58, Samuel Eto'o hacía el segundo. Un minuto más tarde, Oli recortaba distancias, pero en el 63, de nuevo el Mallorca cogía aire con un tanto de Ibagaza. Iván Ania le ponía suspense al partido en el 77 con un gran gol de falta, pero en el 90, con el Oviedo volcado hacia el empate, Novo hacia el definitivo 4-2. El Oviedo, tras la victoria de Osasuna en Anoeta, era equipo de Segunda División. Ese 17 de junio de 2001, el Oviedo disfrutó hasta la fecha del último partido en Primera División.

Ese encuentro marcó un antes y un después. El Oviedo estrenaba estadio esa misma temporada, pero tras su construcción, el club fue encallando progresivamente. Al año siguiente, el Oviedo intentó el ascenso con Quique Marigil, pero un mal último tramo de temporada evitó que los azules pelearan por el cambio de categoría.

Sin embargo, la temporada siguiente el Oviedo descendió a Segunda B. Un descenso deportivo que vino acompañado de otro administrativo por impagos, ese mismo verano, a Tercera División. 21 años más tarde, el Oviedo de Jon Pérez Bolo intentará que Oviedo vuelva a respirar, pronto, fútbol de Primera División.