Un vacío por el cambio... o por temeridad
El proceso de compra al Grupo Orlegi está marcando la planificación deportiva y, sobre todo, una contención de gasto que frena las incorporaciones
No está 'rascando' en el mercado de futbolistas libres, los que terminan contrato, y tampoco ha podido amarrar la única renovación que de verdad se había planteado. Las intenciones o "connotaciones" por Pablo Pérez se quedan en eso, en palabras que no son hechos. El panorama del Sporting de Gijón, depende de la lectura, puede ser ilusionante o preocupante.
La actitud del club en esta primera fase de planificación está claramente marcada por el posible cambio en la propiedad de la entidad. Es cierto que las primeras semanas de mercado no se caracteriza por su alto volumen de operaciones, pero sí que suele ser el momento de la temporada en la que los equipos obtienen más jugadores en propiedad o, por el contrario, cierran las renovaciones más prioritarias. Sin embargo, en el caso del conjunto gijonés ni una cosa, ni otra.
Por las pocas negociaciones que ha iniciado, con una contención de gasto inusual, la gestión razonable invita a pensar en un cambio de manos más o menos rápido. Un traspaso de poderes y acciones a tiempo de que los recién llegados tengan margen suficiente para hacer la plantilla de la temporada 2022-23. Lo contrario... lo contrario sería una temeridad. Una imprudencia que la compraventa estuviera en el aire y pese a ello el presidente decidiera jugárselo todo a una carta, con el riesgo que el azar supone, empobreciendo mientras tanto el nivel de la plantilla. Las consecuencias podrían ser dramáticas.
Lo que sí parece evidente es la voluntad de venta que ahora tiene Javier Fernández. El problema es el habitual en cualquier negociación. Y ese no es otro que el Grupo Orlegi no esté dispuesto a ofrecer lo que pide la propiedad. Tanto cantidades como formas de pago, todo es importante en una operación como esta. A su vez, al desarrollo de esta situación hay varios posibles compradores que esperan su oportunidad. No fueron los escogidos por Fernández, quien además accedió a aceptar un plazo hasta el próximo 30 de junio para que Orlegi finalice el análisis de toda la documentación. A partir de ahí, cuando realice su oferta, el desenlace dirá si el vacío actual en la planificación deportiva es de sentido común o una negligencia.