Una versión poderosa, pero irregular: El repaso de la primera vuelta del Oviedo
Con 35 puntos, los azules llegan al ecuador del campeonato en puestos de play off y muy cerca del ascenso directo
35 puntos en 21 jornadas es un buen balance. Uno de los mejores para el Real Oviedo desde el regreso a Segunda. De hecho, desde aquel 2015 solo hubo dos ocasiones en las que los azules acabaron con más puntos. Ambas con 36 puntos, aunque distintos inquilinos en los banquillos. Sergio Egea, en la campaña 15/16 y Juan Antonio Anquela, en la 17/18. Sin embargo, las sensaciones podrían haber sido mucho mejores por la falta de fiabilidad de los azules.
La derrota ante el Córdoba en el último encuentro del 2024 fue el fiel reflejo de esta primera vuelta: el de ver a un Oviedo capaz de lo mejor y de lo peor. De remontar un 0-2 tan solo unos días antes en apenas 45 minutos a perder ante el peor visitante de la categoría con todo a favor para acercarte al ascenso directo. Ya lo había reconocido el propio David Costas durante la semana. “El equipo tuvo dos caras en esta primera vuelta. Hubo muchos altibajos , pero sabemos que somos un equipo que si queremos podemos responder porque tenemos una gran plantilla y se está notando”.
El inicio fue ilusionante rompiendo el gafe del debut liguero tantos años después. 0-1 en Riazor, con numerosas bajas y tirando de eficacia. "Este año sí", decían muchos oviedistas. Empate ante el Castellón y llegaron las dos primeras derrotas de la temporada ante el Racing de Santander y el Sporting de Gijón, ambas por 3-1. Primera mini 'crisis' para Javi Calleja, que no encontraba la fórmula para el buen juego de los suyos. Pedía tiempo el técnico y con el paso de las semanas los carbayones fueron mejorando. Siete encuentros seguidos sin perder que les colocaban en la cuarta plaza empatados con el ascenso directo. Era la jornada 11.
Dos caras muy distintas se veían en casa y a domicilio. Mientras que en el Tartiere el Oviedo era un ciclón, fuera de casa era un equipo muy frágil y con muchos errores. El 2-0 ante el Cádiz hizo daño, pero más lo hicieron las derrotas ante el Elche (4-0) y Huesca (0-3) varias jornadas después. Tocó fondo el equipo y un Javi Calleja que, pese a mantener buenos puntos, perdía crédito entre la afición por la forma en la que los suyos se iban de vacío. Y, de nuevo, respuesta positiva de un equipo que cuando quiere, puede. Tres victorias consecutivas que les acercaban hasta el ascenso directo, pero el traspiés ante el Córdoba dejará todas las emociones fuertes para la segunda vuelta.
Por plantilla, el Oviedo apunta a estar arriba. No son pocas las ocasiones en las que los azules han ganado gracias a la aportación del banquillo. Y en una temporada de 42 jornadas, como mínimo, puede ser diferencial. Pero los equipos que ascienden se caracterizan por su regularidad y fiabilidad, el gran reto por delante para el Oviedo en 2025. Los azules dejarán atrás un año en el que la ciudad recuperó la ilusión, en la que pese al frustrado sueño del ascenso, se sembraron semillas que ya van dando poco a poco sus frutos. Y solo hay un deseo: que el próximo sea mejor.