Y al décimo día, el pistolero desenfundó
Mario González estrenó su cuenta goleadora como delantero del Sporting con un gol importante para el plano anímico del delantero burgalés
Quizá, el gol más importante de la tarde en Anduva. No solo porque suponía la tranquilidad en el marcador y que prácticamente abrochaba los tres puntos en el camino de vuelta a Gijón. El tercer gol del Sporting ante el Mirandés gana en importancia de cara a lo que está por venir. El minuto 73 de partido en Miranda de Ebro suponía el despertar goleador de Mario González. Un jugador que no terminaba de encontrarse con el olfato goleador. Y que en Anduva respiró bien profundo.
Su tanto hizo verdad a todo aquello que se dijo a su llegada. Un jugador capaz de fabricarse ocasiones y de ser fiable de cara a la portería rival. Dicho y hecho. En un balón llovido, cuerpeó con Barbu lo suficiente para que el balón le quedara en una posición franca para encarar. Un par de toques al balón y definición perfecta sobre Ramón Juan. Un gol que sirvió para descargar la rabia del delantero burgalés que ha sabido esperar su momento. Celebró junto a la afición y, de camino al campo propio para el saque de centro, mirada a la cámara de televisión y pistolas al aire. Su primera celebración. La primera vez que el pistolero desenfunda en Gijón.
Atrás quedaban nueve partidos en los que la fortuna no le había terminado de sonreír. La falta de una pretemporada como debía de ser, las prisas por querer participar con el equipo y la falta de oportunidades –solo ha sido titular en un encuentro de liga– no permitieron ver las condiciones del delantero en su máximo nivel. En Anduva, ya no solo por el gol, despachó sus mejores minutos como rojiblanco. El acierto en el gol lo eclipsa todo, pero sus minutos fueron un buen reflejo de lo que puede llegar a aportar. Más si cabe en un recta final tan decisiva como esta.
247 minutos ha necesitado Mario González para ver puerta como rojiblanco. El refranero español refleja que nunca es tarde si la dicha es buena. Y busca hacerla buen del todo Mario González. Por delante, ocho partidos en los que hay mucho en juego. A nivel colectivo y a nivel individual. El Sporting deberá quedarse con el delantero burgalés en propiedad en caso de ascenso. Una meta que busca el vestuario con el propio Mario como parte implicada. El gol en Anduva deberá servir como motivación y estímulo para el atacante, consciente de que estaba llamado a ser un refuerzo vital en las aspiraciones del Sporting.
Un gol que supone una liberación para el futbolista, tal y como explicaba su compañero en el apartado goleador en Anduva tras el encuentro. "Está muy integrado en el grupo, tiene un proceso de integración complicado, más para los delanteros. Parece que solo los valoramos por los goles. Nos da muchas cosas en el juego, también en la frescura que da al grupo en el día a día. Esto le va a venir fenomenal, nos va a ayudar con más goles de aquí al final. Es difícil llegar en diciembre sin ritmo de competición, lo está consiguiendo y de aquí al final seguro que es muy importante para nosotros", explicaba el bigoleador Nacho Méndez.