Golpe de realidad a la ilusión rojiblanca

La ilusión, hasta cierto punto. Al Sporting de Gijón no le sirvieron los fichajes para obtener algo positivo y volvió a caer en Liga. Lo hizo en casa donde seguía haciéndose fuerte en las últimas semanas, pero el líder destrozó la muralla con excesiva facilidad. Sin ser el equipo del José Zorrilla, el Sporting volvió a mostrar más debilidades que fortalezas y fue incapaz de darle la vuelta a un partido que se complicó en la primera parte tras un error de marcas. Jony fue de inicio, pero le faltó chispa. Calavera también. Y sufrió. El tercer fichaje también debutó y dejó notas positivas. Poco salvable en una tarde en el que la ilusión chocó frontalmente contra un líder demasiado sólido. El Sporting, con sueños. El Eibar, con argumentos. 

Con la ilusión por bandera y con los debutantes como estandarte salió el Sporting a batirse con el líder. Jony y Calavera volvieron a pisar el césped de El Molinón más de tres años después para completar a un equipo que tenía más armas disponibles que nunca. Y con esas intenciones arrancó un partido de poder a poder. Con mordiente el Eibar, buscando velocidad el Sporting. Asustó primero el conjunto armero con un pase de la muerte que cerca estuvo de embocar Stoichkov. El intento le vino bien a los de Gallego que despertaron y comenzaron a contagiarse del buen ambiente que había en El Molinón. 

Aitor y Jony armaban las bandas con peligro, sobre todo el onubense. Un balón del '7' lo remató Djuka tras una bonita chilena fácil a las manos de Cantero. Intentó sacar el balón el equipo armero, pero estuvo vivo para robar el Sporting. La jugada la terminó Pedro Díaz con un buen remate que, ahora sí, obligó a mancharse al buen guardameta del equipo de Ipurúa. El Sporting llegaba, pero era impreciso. Y ante un líder de categoría eso se paga. Jordi Calavera sufría por su banda y Toño García se relamía ante ello. Bailó al nuevo fichaje rojiblanco y pusó el balón al segundo palo donde José Corpas la remató sin oposición. No le siguió nadie y el ex del Almería pudo lucirse con una volea. 

El gol hizo daño en la ilusión rojiblanca. No sabía como reaccionar el Sporting ante un rival efectivo que no perdía el balón y que llegaba con más intenciones al área rival que el equipo de Gallego. Por las bandas sufría y por el centro el control era del equipo que vestía de verde. Los de Garitano llevaban la manija del juego y los avisos. Perdonó el segundo en varias ocasiones Edu Expósito, que se movía con una comodidad pasmosa. El Eibar demostraba su condición de líder y el Sporting su condición de equipo en tierra de nadie. La descomposición rojiblanca se demostró en la última jugada de la primera parte. Llevó Aitor la contra y la finalizó después de correr casi de 50 metros. Djuka, nada nuevo, se desesperaba en el interior del área por no recibir el pase. Ambos se recriminaron mutuamente y, enfadados, se fueron al vestuario. 

Sin variaciones con respecto a lo inicial, arrancó la segunda parte. Empezó el Sporting bien, más reconocible que en la primera parte, al menos en el campo rival. Intenso en la presión, volvía a ser ese equipo que ahogaba a su rival en su propio campo. El buen arranque cerca estuvo de materializarlo Djuka tras un buen centro de Jony. Los envíos desde las bandas eran veneno fabricado en Cangas. El montenegrino metió la testa bien, pero su cabezazo no cogió portería. Iba a más el Sporting con el paso de los minutos, ante un Eibar que se zafaba muy cómodo de la presión rojiblanca. A la contra, también encontraba sus opciones el equipo de Garitano. 

Dio la alternativa Gallego a Eric Ramírez. El venezolano, tercer debutante esta temporada de la noche, agitó la coctelera con su mera presencia. Sin aparecer en ocasiones, el Sporting mejoró de la mano del vinotinto. Su entrada activó al resto y Aitor pudo morder tras una buena jugada personal que detuvo bien Cantero. Quitó Gallego a Djuka, algo pocas veces visto en la entidad rojiblanca. No revitalizó al Sporting la entrada de Campuzano, ni la del Puma. De hecho, el mayor peligro estuvo en el mismo sitio en el que se encontró en La Rosaleda. Un centro de Kravets se envenenó y terminó en el larguero. Calcada a la acción que dio el gol en Málaga, pero no estaba ahí la fortuna. 

Quemó sus naves David Gallego con la entrada de Pablo Pérez tras tres meses fuera por lesión. Pese a querer, no fue capaz de volcarse el Sporting sobre el área de Cantero. El Eibar fue equipo veterano, arañando segundos al tiempo en cada posibilidad. Los de Gallego no fueron capaces de asediar con criterio el arco armero y el líder terminó saliendo más líder de El Molinón. El Sporting fue incapaz. Mejoró con respecto a Pucela, sí. Pero la mejora no era tan complicada.