El discurso de Luis Carrión tiene premio

El técnico, que dejó las excusas a un lado, planteó el encuentro de la mejor forma posible ciudando cada detalle en sus intervenciones

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Luis Carrión en la sala de prensa del Carlos Tartiere
Sáb, 02/12/2023 - 21:30

Después de partidos como el de ayer es difícil destacar a alguien por encima del resto. Los jugadores del Real Oviedo rindieron en perfecta armonía durante los 93 minutos que rodó el balón sobre el césped del Carlos Tartiere y neutralizaron en todos los aspectos posibles al Espanyol de Ramis, que llegaba invicto a la cita. Pero entre todos ellos, emerge la figura de un Luis Carrión que fue el gran ganador de la noche. Pero, en realidad, el catalán ya había tomado la ventaja desde la rueda de prensa previa. 

La semana había sido complicada en el conjunto azul. Tras caer derrotados sobre la bocina en Anduva, el club comunicó un cuádruple parte médico que elevaba el número de bajas hasta las ocho. El Oviedo se quedaba con un solo extremo del primer equipo y con dos únicos centrales. En esas circunstancias lo más probable –y tal vez lo más fácil– era quejarse de la situación. Sin embargo, el técnico catalán ‘pasó’ del asunto. “No es un problema, no me voy a quejar”.

Sin excusas ni lamentaciones. Así fue su discurso y así jugó su Oviedo desde el primer minuto del encuentro. Los optimistas podían confiar en la victoria, pero muy pocos confiarían en conseguir los tres puntos de una manera tan solvente ante, muy probablemente, la mejor plantilla de la categoría. Lo cierto es que en el cómputo global el equipo azul fue infinitamente superior. Disfrutó de más ocasiones y ante el segundo equipo más anotador de la categoría (el otro es el Eibar) no recibió casi ninguna. Hasta a Ramis no le quedó más remedio que reconocerlo abiertamente en la sala de prensa, lugar en el que una vez más Carrión volvió a sobresalir

Su figura y su discurso ya empiezan a tener mucho crédito en el vestuario. Todos le creyeron y salieron motivados con sus palabras. No era para menos. “Igual algún jugador aprovecha la baja de un compañero, sale ahora y acaba haciendo un gran año". Desde su llegada el técnico habló de la palabra ambición, de que este equipo podía ganarle a cualquiera. Desde la época de Ziganda siempre que alguien se refiere a ese término lo hace con cierta cautela, incluso a alguno le entrarán escalofríos acordándose de Jon Pérez Bolo el día de su presentación. Pero Carrión sí se atreve a usarla y, por ahora, le va de maravilla. 

Ahora nadie tiene miedo a hablar de ambición porque su Oviedo lo demuestra en cada acción. Sin ir más lejos, este viernes con el 1-0 en el marcador el equipo no especuló y buscó el segundo. Al final tuvo su premio. No siempre ocurrirá lo mismo, pero deja bien claro sus intenciones. Y, sin hacer ruido, todos van dando los pasos correctos hacia el gran objetivo.

El equipo también demostró su fortaleza mental. Ellos también eran conscientes de las importantes ausencias que arrastraban, pero se quitaron la mochila de complejos de encima y le jugaron de tú a tú al Espanyol. Incluso durante el partido hubo algunos ‘palos’, como la lesión de Costas o Luismi, pero jugase quien jugase el engranaje funcionaba a las mil maravillas. Si antes no se había quejado, tampoco lo iba a hacer después. “Ya lo dije en la previa, hay que tener confianza en los menos habituales. Cuando yo jugaba, si el entrenador se quejaba por las bajas no me gustaba”. 

El Oviedo y su segunda línea dieron un golpe encima de la mesa y por delante espera otra semana exigente con dos partidos a domicilio. A día de hoy, el número de bajas se eleva hasta las nueve y será difícil recuperar algún jugador para estos compromisos, pero si Carrión no pone excusas, nosotros tampoco lo haremos. El equipo ha demostrado que puede ganar a cualquiera, ahora tiene que demostrar que puede hacerlo regularmente y que lo del viernes o lo del Eibar no fue algo puntual.