José Gragera, pitado en su casa

El centrocampista asturiano no tuvo un regreso feliz a Gijón. Derrota para su equipo y abroncado por una parte de la afición

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José Gragera
José Gragera, con el Espanyol, en El Molinón.
Dom, 29/10/2023 - 08:58

Hay una parte de la afición del Sporting de Gijón que algo tiene en contra de José Gragera. Al canterano de Mareo no le perdonan su salida el pasado mercado de invierno. Casi nueve meses después, fue pitado por una parte de la afición rojiblanca. 

Gragera no tuvo el regreso que hubiese querido. Volvió a ser titular con el Espanyol, por tercera jornada consecutiva, pero su equipo cayó derrotado ante el Sporting. Tampoco tuvo un día de brillo en cuanto a su rendimiento individual, aunque los goles encajados no fueron su responsabilidad. Y, para colmo, la que siempre fue su afición le dedicó varios momentos de bronca. O al menos una parte de los más de 19.000 seguidores que acudieron a El Molinón. Se escucharon pitos, algún que otro aplauso, cuando su nombre fue mencionado por el 'speaker' de El Molinón instantes antes del inicio, así como cuando fue sustituido en la segunda parte. Días antes había dicho que esperaba un recibimiento "magnífico". Muy a su pesar, se equivocó. 

En ese sentido, el gijonés de 23 años no entiende los motivos por los que una parte de la grada no le perdona su salida del Sporting. Un traspaso que se produjo tras dos ofertas de renovación que, según el jugador, no le ponían a la altura de los miembros más valorados de la plantilla. Entre otros motivos, por eso las rechazó. También hizo lo mismo con la posibilidad de firmar un contrato más generoso para jugar en uno de los equipos de Orlegi en México. En realidad, el asturiano consideró que debía dar un salto en su carrera. Eso sí, el Espanyol terminó bajando de categoría. 

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Gragera

 
Meses después, con las negociaciones paradas para su continuidad, surgió la opción de fichar por el Sporting de Braga y el Espanyol. Ya iniciadas las conversaciones entre clubes, el presidente ejecutivo David Guerra fue rotundo. "Le gustaría salir de la organización", afirmó. Tenía razón, José Gragera quería cambiar de aires. También dijo que "todo son rumores con diferentes intereses y lo que hace es descentrarle y que no esté en lo que tiene que estar, que es competir y conseguir éxitos como club". Sin embargo, días después fue traspasado por 2,8 millones de euros al Espanyol. Es decir, había algo más que rumores. Los ingresos han resultado claves para la confección de la actual plantilla. 

Desde la intervención de Guerra hasta su salida, José Gragera se aisló del ruido que había mencionado el presidente. Se entrenó con normalidad, quiso estar en la convocatoria del partido contra el Málaga en El Molinón y jugó el último cuarto de hora. Las negociaciones en ese momento ya estaban avanzadas. Apenas 48 horas después se cerró su traspaso. 

Así, todo este contexto parece ser el motivo por el que una parte de la afición rojiblanca no le acaba de perdonar. Y así quedó de manifiesto en el partido de ayer. José Gragera fue pitado en su casa. Se fue afectado por ello