A la segunda: Abelardo recupera a su arma predilecta

Abelardo y Jony, Jony y Abelardo. Dos personas entrelazadas por el mundo del fútbol y cuya conexión siempre ha funcionado. Una relación que se fundó en el filial del Sporting, que tuvo su prolongación en el primer equipo y que llegó a extenderse en Álava. Tras el regreso de Jony en invierno y el fichaje de Abelardo para salvar una situación complicada. el dúo volvía a reencontrarse. Los problemas físicos del extremo asturiano no permitieron verle en el césped en el reestreno del Pitu. Una semana dura de trabajo después, el cangués vuelve a la lista tras dos meses de espera. 

Por tanto, dispondrá mañana Abelardo de uno de los jugadores con los que más ha convivido a lo largo de su trayectoria. En los tres equipos en los que coincidió con Jony, el técnico asturiano sacó el mejor rendimiento del extremo. Jony vivió sus mejores momentos de la mano de Abelardo, quien lo conoce y sabe gestionarle mejor que nadie. Ante el Girona, resulta muy complicado pensar que el '9' rojiblanco pueda optar en el once. Demasiado arriesgado. Pero sus características le convierten en un arma importante para la segunda parte. Y el Pitu lo sabe. 

Durante la semana en Mareo se le ha ido viendo de menos a más. Sin miedo a una recaída y soportando los dolores en ese pie que tanta guerra le sigue dando, Jony Rodríguez ha trabajado duro para poder regresar a la lista. Lleva haciéndolo desde los últimos minutos que jugó con el Sporting. Hace más de dos meses, el cangués disputó los últimos minutos en la derrota ante el Tenerife en El Molinón. Dos meses y mucho trabajo personal después, Jony vuelve a estar disponible para el Sporting. Y para Abelardo. 

31 partidos juntos en el Sporting B, 82 en el primer equipo rojiblanco y 36 en el Alavés. 149 partidos ha dirigido Abelardo a Jony. Sin duda, el entrenador que más ha marcado la carrera del extremo asturiano. De su mano debutó en el fútbol profesional, dio el salto a Primera división y pudo consolidar su carrera en la élite. Jony busca devolverle la confianza en el momento más delicado. Con el equipo necesitado de alegrías, Abelardo se ampara en su arma favorita. Ambos compartirán, en el caso de jugar, su partido 150. Una cifra redonda para poner el broche de una tarde para el recuerdo.