Un día de locos en el Sporting: Mario González, Jeraldino, el Mundial y sus ausencias

De etiqueta completa. Nada habitual. Así salió de su domicilio a primera hora de esta mañana el presidente ejecutivo del Sporting de Gijón. Por delante afrontaba un día muy institucional, intenso e interesante para medir las opciones de la candidatura de Asturias al Mundial 2030. Antes, el club ya había hecho los deberes del mercado. En las horas previas había recibido a su primer fichaje y, a su vez, había dejado encarrilada la salida de Ignacio Jeraldino.

Nadie en esta región ha hablado tanto del Mundial 2030 como lo ha hecho David Guerra. Han sido decenas sus intervenciones ante los medios de comunicación. Por eso, el discurso lo tiene más que interiorizado, le sale de carrerilla. Lo demostró una vez más este miércoles ante los medios de comunicación y, seguro, también en privado. Pedro Rocha, el presidente de la Gestora de la Federación Española de Fútbol (RFEF), estuvo a su lado durante prácticamente ocho horas sin interrupción. Desde la reunión con el Principado en Oviedo, continuando con la visita a la Escuela de Fútbol de Mareo y El Molinón, así como incluso en el 'descanso' para comer. Por último, la ronda terminó con otro encuentro formal, esta vez con el ayuntamiento de Gijón. 

De todo ello, dos aspectos llamaron la atención. En lo institucional las ausencias del presidente del Principado, Adrián Barbón, y la de alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón. Aunque en funciones, al máximo mandatoria de la RFEF no le acompañaron sus homólogos de gestión en Gijón y el Principado de Asturias. Sin embargo, y esta es la segunda 'curiosidad', el Real Oviedo acudió con su máxima representación en Asturias. Lo hizo con su presidente Martín Peláez y su director general Agustín Lleida. De esta comida, a la que también asistió el Sporting, no hubo publicidad por parte de los asistentes. De algún modo, por intención o despiste, sí que trascendió. 

Y en medio del Mundial, que por falta de avances y repetición da la sensación de que a la ciudadanía cada vez le interesa menos, el mercado de fichajes. Esto sí que centra la atención. La incorporación de Mario se hizo oficial a primera hora. A tiempo para que se entrenase a las órdenes de Miguel Ángel Ramírez. Salió el penúltimo del vestuario, se hizo rogar, y terminó pasando por el centro del pasillo que sus compañeros hicieron como bienvenida.

Uno llegaba y otro comenzaba a recoger sus cosas. Jeraldino se quedó dentro del edificio deportivo, se duchó el primero y a las 12 ya no estaba en Mareo. No le dio tiempo a coincidir con la comitiva del Mundial, que a esas horas ya acumulaba impuntualidad. Fiel reflejo de la candidatura asturiana.