Camarasa, el último caso de una larga lista en el mundo del deporte

El futbolista del Real Oviedo será baja de manera indefinida para cuidar su salud mental y el club agradece su valentía: “Te queremos Víctor”

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Repor Camarasa
Víctor Camarasa, un deportista más que se ve obligado a parar con el objetivo de mejorar su salud mental
Mié, 13/09/2023 - 21:45

La salud mental, ese aspecto tan importante en el día a día para afrontar cualquier ámbito de la vida, a pesar de que en ocasiones no se le de la magnitud que realmente tiene. Cuando nos duele una rodilla vamos al médico, pero parece que cuando estamos durante una temporada en un mal estado anímico, es más difícil dar el paso. Y en el deporte ocurre algo parecido, por eso hay que darle aún más valor a la valentía de Víctor Camarasa, que deja el fútbol de forma indefinida con el único objetivo de cuidar su salud mental. No es habitual que los deportistas profesionales se tomen un descanso de este tipo. Por eso, desde Killer Asturias repasamos algunos casos similares en el mundo del deporte. 

Josip Iličić, dos depresiones y adiós al fútbol de élite 
Durante los inicios del 2020, el COVID-19 llegó a nuestras vidas y tuvo efectos devastadores en casi todos los lugares. Uno de los más afectados, sobre todo durante ese primer periodo, fue Bérgamo, la ciudad del Atalanta. El esloveno, capitán general de la escuadra italiana, anotó cuatro goles ante el Valencia (3-4) en la vuelta de octavos de final de la Champions en marzo y, tras ese encuentro, pidió permiso a su club para marcharse a Eslovenia y se perdió la final a ocho de la Champions en Lisboa. Meses después, su propio compañero (Papu Gómez) lo confirmó. «Iličić tuvo Coronavirus y lo sufrió mucho, cayó en depresión. La cabeza llega un momento que te explota”, aseguró en una entrevista para TyC Sports.

Tras la vuelta a la normalidad, el atacante regresó a los terrenos de juego, pero desgraciadamente en enero de 2022 volvió a recaer.  “No es fácil hablar de esta situación para mí. Siempre estaremos al lado de Josip, es algo que va más allá del fútbol. La cabeza es una jungla para los psicólogos, imagínense para nosotros...”, afirmaba su técnico, Gasperini. A final de temporada regresó a su país y, desde entonces, el futbolista de 35 años juega en el Maribor, donde cayó recientemente eliminado en la Fase Previa de la Conference League. Allí parece haber encontrado la paz, aunque las secuelas de su cambio físico fueron notorias. 

Bojan Krkić: juventud y presión, un cóctel muy peligroso 
Con apenas 17 años, la gente le llamaba ‘el nuevo Messi’. Los focos nacionales se centraron sobre un joven y talentoso jugador que no fue capaz de aguantar esa presión injusta que recayó sobre él. Fue precisamente esto último por lo que renunció a jugar con la Selección. "No fui a la Eurocopa del 2008 por problemas de ansiedad. Me llamaron con España para jugar ante Francia, mi debut internacional, y se dijo que tenía gastroenteritis cuando en realidad lo que tuve fue un ataque de ansiedad. Pero nadie quería hablar de eso. El fútbol no estaba interesado", explicó el futbolista hace años en una entrevista para The Guardian. Bojan comenta que fue Fernando Hierro el que le llamó, pero que tuvo que decirle ‘no’.

"Estaba tomando medicamentos, pero igualmente, al día siguiente leí en la prensa que Bojan no quería ir con España. Eso me mató. Me insultaban...Me sentí muy solo y aún tengo esa cicatriz. Estaba asustado y enfermo”, asegura de forma desgarradora el ariete, que habla siempre con normalidad de los episodios de ansiedad y depresión que sufrió. Una decisión controvertida pero “de la que no se arrepiente en absoluto” porque necesitaba desconectar del fútbol y de los medios de comunicación. 

Sebastian Deisler y las cinco operaciones que hicieron amargo un sueño 
Ser futbolista. Probablemente la profesión más anhelada entre los niños y niñas en los colegios. Sin embargo, también tiene su parte oscura. Y en este caso Sebastian Deisler vivió la cara más amarga del deporte rey. Para contar su historia hay que remontarse hasta finales del siglo pasado, cuando un joven futbolista de 18 años ya asombraba en Alemania. Sin embargo, un solo año más tarde comenzó su pesadilla con las lesiones, sufriendo una dolencia de gravedad. La gran calidad que atesoraba en sus botas le llevó a disputar la Eurocopa 2000, pero las constantes lesiones le impidieron disputar un Mundial en su carrera. 

Aún así, y conscientes de su potencial, el Bayern de Múnich le fichó por nueve millones de euros estando lesionado. Y a pesar de que jugar en el mejor equipo de Alemania era un sueño cumplido, acabó convirtiéndose en una pesadilla. Allí estuvo cuatro temporadas y media, donde ganó tres Bundesligas, pero no fue feliz. Estuvo ingresado hasta en dos ocasiones por depresión y se perdió muchos encuentros con el objetivo de recuperar su salud mental. Finalmente, a sus 27 años optó por retirarse. "Estoy vacío, viejo, cansado... Ya no juego al fútbol con alegría. Corrí más de lo que mis piernas me llevaron", aseguró en su autobiografía ‘Volver a la vida’. 

Leigh Griffiths y un regreso ‘por el bien de sus hijos’ 
33 años y ya retirado desde el verano pasado. La historia de Leigh Griffiths fue corta e intensa, pero sobre todo sirvió para aprender una lección mucho más importante que el fútbol. El atacante escocés consiguió 13 títulos con el Celtic de Glasgow. Sin embargo, entre medias se vio obligado a parar seis meses para recuperar su salud mental. “Si hubiera seguido jugando, me habría hecho un daño grave", aseguró hace años en una entrevista en The Sun.

El escocés reconoció que sus problemas personales se “multiplicaron”, pero que salió adelante para cuidar de sus cinco hijos, que sufrían acoso a través de las redes sociales. Y tuvo claro cómo hacerlo: a través de hablar de sus problemas con otras personas. “Empezó lento pero empezó a crecer como una bola de nieve hacia el final. Fue una depresión mayor y otras personas también están pasando por lo mismo. Si tengo algún consejo para cualquiera que esté pasando por depresión, es que se abra y hable con la gente, porque muchos te pueden ayudar. Si no te abres y le cuentas a la gente lo que está mal, entonces eso empieza a carcomerte por dentro. Eso es lo que me pasó a mí durante mucho, mucho tiempo”, concluyó.

Pero también hubo casos alejados del mundo del fútbol... 

Naomi Osaka y ‘una depresión en la sombra’
23 años, cuatro ‘Grand Slam’ en las vitrinas y un hueco en la historia al convertirse en la primera tenista asiática en alcanzar el número 1 del mundo. La carta de presentación en su momento (hace un par de años) era difícilmente mejorable. Pero detrás de todos los éxitos visibles hay, en muchas ocasiones, sombras. La tenista sufrió una depresión en silencio hasta que no aguantó más. En el Roland Garros de 2021, la japonesa se negó a dar ruedas de prensa. Fue multada y amenazada con la expulsión, pero ella se adelantó y abandonó. "Nunca banalizaría con la salud mental o usar ese término de forma tan fácil. La verdad es que he sufrido largos problemas de depresión desde el US Open 2018 y me está costando mucho lidiar con ello". 

La nipona sorprendió con sus palabras en el podcast Mountaintop Conversations. "Yo no sabía lo que era la salud mental. Cuando creces, nadie habla de eso y honestamente creo que la primera vez que escuché sobre la salud mental fue cuando me retiré de Roland Garros. No es que haya tenido una infancia oscura ni nada por el estilo, es sólo que todo en mi vida estaba muy centrado en el tenis". La tenista incluso llegó a llorar en alguna ocasión sobre la pista, estuvo una temporada sin competir y también tuvo un hijo. Recientemente afirmó que su intención es trabajar duro para llegar en forma al Open de Australia de 2024. 

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Simone Biles y su valentía: priorizó su salud mental por encima de la historia

Disputar los Juegos Olímpicos es uno de los sueños de muchos niños. Y ganar una medalla de oro es casi una utopía. Pero Simone Biles consiguió las dos y pudo seguir agrandando su leyenda, pero su cabeza dijo basta y ella supo parar a tiempo. La estadounidense decidió retirarse de cinco de sus seis finales en Tokio 2020 con el objetivo de cuidar su salud mental. En los días previos había sufrido una crisis de ansiedad por la presión, que incluso llegó a amenazar su integridad: la atleta sufría "twisties", un bloqueo mental peligroso en el que las gimnastas pierden la orientación en el aire. "La valentía de Simone Biles demuestra, una vez más, porqué es un modelo para todos los gimnastas", rezaba el comunicado de la USA Gymnastics cuando anunciaba su retirada

Ricky Rubio, el último ejemplo 

El caso más reciente es el de Ricky Rubio, que había sido convocado por Sergio Scariolo para disputar el Mundial de Baloncesto disputado en Japón, Filipinas e Indonesia entre el 25 de agosto y el 10 de septiembre. El base internacional renunció a la gran cita. “He decidido parar mi actividad profesional para cuidar mi salud mental. Quiero agradecer todo el apoyo que he recibido de la FEB para entender mi decisión. Hoy #LaFamilia tiene más sentido que nunca. Gracias”, afirmó el español, a la vez que pidió “privacidad para poder afrontar estos momentos”. 

No todos supieron parar 

En los últimos años, se han visto innumerables casos de deportistas que convivieron con ello y no fueron capaces de echar el freno de mano y parar. De hecho, según un estudio del Sindicato Mundial de Futbolistas, la depresión afecta a un 38% de los jugadores. Y la incidencia en los deportistas en general es notablemente mayor que en el resto de la población. 

Un caso muy conocido, por poner un ejemplo, fue el de Andrés Iniesta, que llegó a reconocer en Salvados la gravedad de su situación. “Caí en un pozo sin salida. Sólo deseaba que llegase la noche para poder tomarme una pastilla y dormir. Me di cuenta de que o buscaba ayuda o no sé a dónde iba a parar. Cuando sufres depresión no eres tú», confeso el ex jugador del FC Barcelona. Y como él, existen numerosos casos de deportistas que lucharon contra sus propios fantasmas en solitario sin la ayuda de nadie. Por eso hay que valorar la valentía de Víctor Camarasa, de todos los mencionados y de muchos otros por dar el paso y, ojalá, ayudar a otras personas a darlo.