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LA SIRENA

Del delirio en Alejandro Casona a la euforia contenida del final

La afición del Real Oviedo vivió un carrusel de emociones desde las horas previas hasta los minutos finales, pendiente de un gol del Eibar en El Molinón que certificara el play-off

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Afición Oviedo
Lun, 27/05/2024 - 11:08

Tarde de sentimientos a flor de piel en Oviedo. Nadie se lo quería perder. En juego estaba una plaza de play-off de ascenso a Primera y la afición azul respondió a la llamada para apoyar a su equipo: 26.975 espectadores se dieron cita en el Carlos Tartiere. O lo que es lo mismo: la mejor entrada de la temporada.

Ya desde primera hora de la tarde, la hinchada oviedista se hizo notar en la Plaza Pedro Miñor. Miles de oviedistas, obedientes para colaborar en el recibimiento al autocar del primer equipo, crearon un pasillo teñido de azul a lo largo de Alejandro Casona. Bufandas, banderas y bengalas formaron una atmósfera espectacular que puso la piel de gallina a la plantilla del Real Oviedo, llevada en volandas hasta el Carlos Tartiere.

Ya una vez dentro del estadio, los decibelios fueron en aumento. Sin goles en el Martínez Valero ni en El Molinón, todo pasaba por hacer los deberes. La primera parte fue descafeinada en todos los escenarios, la segunda ya no. El gol de Masca tras el paso por los vestuarios puso patas arriba el coliseo azul, que empezaba a saborear su clasificación. El tanto del Ortuño en Elche para el Eldense y el 0-0 provisional del Sporting frente al Eibar estimulaba aún más los ánimos de la parroquia oviedista.

Ya en el tramo final, con el Oviedo goleando al Andorra y el Elche sacudido por el Eldense, ya solo hacía falta que lo de El Molinón no se moviera. Sin embargo, la fiesta no fue completa en el Carlos Tartiere. Transistor en mano, los aficionados oviedistas recibieron con incredulidad el tanto de Campuzano que metía al Sporting en la pelea por el play-off en la última jornada. A pesar de la victoria azul, la euforia fue contenida porque el tanto del Eibar no llegó.

Tras el partido, el entrenador del Real Oviedo, Luis Carrión, trató de animar a la parroquia azul, que abandonó el campo con sentimientos encontrados. "Lo que tenemos que dejar de ser es perdedores, tenemos que ir a Eibar a ganar. El Eldense es un buen equipo, el Villarreal B, también. Tenemos que ir a ganar y dejar de pensar en otros. Dependemos de nosotros", alentó el técnico barcelonés.