El balón parado, otro quebradero de cabeza para Paunovic
Tres de los siete goles encajados por los azules llegaron en jugadas de estrategia, un déficit que contrasta con la solidez mostrada en los partidos ante Real Madrid y Real Sociedad
La Liga

El regreso a Primera está dejando al Real Oviedo varias lecciones en este inicio de curso. Una de ellas es clara: la defensa a balón parado se ha convertido en una de las grandes tareas pendientes del equipo de Veljko Paunovic. En apenas cuatro jornadas, los azules ya han recibido tres goles en contra en acciones de estrategia, un lastre que ha condicionado resultados y que debe corregirse cuanto antes para no hipotecar futuros encuentros.
El primer aviso llegó en el estreno liguero en La Cerámica. Tras aguantar en inferioridad por la expulsión de Reina, el Oviedo vio cómo el Villarreal abría el marcador con un cabezazo de Etta Eyong en un saque de esquina. Una acción que rompió la resistencia azul y abrió el camino a la derrota.
En los dos encuentros siguientes, sin embargo, el conjunto carbayón mostró una mejor cara en este aspecto. Frente al Real Madrid en el Tartiere y contra la Real Sociedad, también en casa, el Oviedo logró defender con solvencia las acciones a balón parado. La concentración en esas jugadas evitó sobresaltos y contribuyó a que los azules mantuvieran la portería a cero ante los txuri urdines, partido en el que además llegó la primera y única victoria de la temporada.
El problema reapareció con fuerza en el Coliseum. El Getafe hizo daño desde la pizarra de Luis Milla: primero con un centro lateral en una falta que Mario Martín cabeceó en el segundo palo para el 1-0, y poco después con un saque de esquina en el que Borja Mayoral aprovechó una mala salida de Aarón para firmar el 2-0. Dos acciones puntuales que decidieron un partido en el que los carbayones no supieron reaccionar.
El balance es evidente: tres de los siete goles encajados hasta ahora han llegado a balón parado. Una cifra demasiado alta en un campeonato donde este tipo de acciones suelen marcar la diferencia entre sumar o no. Paunovic ya advirtió tras la derrota en Getafe de la necesidad de corregir errores defensivos que se repiten, y el balón parado está en el centro de la diana.
En contraste, el Oviedo apenas ha generado peligro en sus propios saques de esquina o faltas laterales. El único gol azul en lo que va de temporada llegó de la mano de Dendoncker ante la Real Sociedad, pero fue fruto de una acción elaborada en juego, no de estrategia pura. Un dato que refleja que el equipo no solo sufre defendiendo, sino que tampoco está sacando rédito ofensivo de este tipo de situaciones.
En una liga tan compleja, el balón parado es un arma que no se puede descuidar. El Oviedo ha comprobado en sus propias carnes lo caro que cuesta desconectarse en esas jugadas. El reto inmediato para Paunovic será blindar a su equipo en esas acciones y, al mismo tiempo, empezar a sacar partido de ellas en ataque. Porque en Primera, cada balón parado puede decidir un partido.