El dato de la esperanza azul: Los precedentes sonríen al Oviedo

El 0-0 con el que finalizó el partido de ida de las semifinales del play off de ascenso a Primera entre el Real Oviedo y el Eibar no satisfizo por igual a las aficiones. Según las reacciones apreciadas tras el partido en el Carlos Tartiere, los hinchas vascos agradecieron más el resultado que los azules. Es lógico. Al conjunto de Etxeberría les permite ampliar el abanico de posibilidades de éxito en la vuelta: una victoria o un empate apearía a los carbayones del sueño por el ascenso.

Sin embargo, y aunque la probabilidad sonría al Eibar, los precedentes en un play off de ascenso a Primera no. Es decir, de las ocho veces que un encuentro de ida (semifinal o final) ha terminado 0-0, en siete ocasiones se ha clasificado el que jugaba la vuelta fuera de casa, por una del que lo hacía como local. Aunque no todos los ejemplos le valen al Oviedo, si bien antes aún existía el valor doble de los goles fuera de casa, cinco de esos siete casos sonríen a los carbayones.

Primero fue el Córcoba en 2014. En las semifinales empató 0-0 en casa frente al Murcia y luego venció 1-2 en la vuelta. En la final ante Las Palmas, los cordobeses empataron sin goles en el Nuevo Arcángel y luego el 1-1 en las islas le sirvió, aunque ahora ese resultado habilitaría el pase de ronda del Eibar.

En 2020, el Elche empezó tanto las semis como la final con un 0-0 en el Martínez Valero. En la primera ronda, venció al Zaragoza en la vuelta (0-1). Y en la última eliminatoria hizo lo propio ante el Girona, también por la mínima. Curiosamente, un año más tarde fue el conjunto catalán el que hizo bueno un 0-0 en la ida de la final frente al Tenerife, con un 1-3 en el Heliodoro Rodríguez López una semana más tarde. Antes de esa eliminatoria, el conjunto gerundense había dejado fuera al Eibar. El Girona había caído 0-1 ante los armeros, sin embargo en la vuelta logró revertir la eliminatoria (0-2).

Ya el último precedente en el que se pueden apoyar los de Luis Carrión es el curso pasado. Alavés y Levante firmaron tablas en la ida de la final. Un semana más tarde en el Ciudad de Valencia, el cuadro vitoriano venció en el minuto 129 gracias a un gol de Asier Villalibre de penalti cuando el Levante acariciaba la Primera división.