El Molinón y su gente preparan una nueva lección

Al margen de la decepción, de los disgustos, del hartazgo, del enfado con los gestores del club, incluso con la plantilla, la afición del Sporting de Gijón está a punto de volver a demostrar que merece mucho más de lo que recibe. Este domingo se respirará un ambiente de final en El Molinón. Y el objetivo en juego no es el ascenso, sino la permanencia. 

Animar para que el equipo salga del pozo, para que el ambiente sea 'hostil' para el rival, para conseguir los tres puntos y alejarse del precipicio que supone la zona de descenso. Una vez alejados los peores fantasmas ya será momento para la crítica. Este parece ser el pensamiento general de la afición rojiblanca, pragmática y concienciada de lo mucho que hay en juego. Un descenso de categoría podría ser insostenible. 

Para esta posición práctica también ha contribuido la determinación del club en los últimos días, en los que ha tenido un buen detalle con los sportinguistas que pagaron para asistir a la derrota en el Reale Arena. Del mismo modo anunció hace un par de días una promoción barata para que todo aquel que lo desee pueda acudir a El Molinón los próximos seis partidos. Desde entonces ha sido constante el goteo de aficionados que han retirado abonos con vistas a esta recta final de LaLiga SmartBank.

Así, el resultado de todo esto ha sido el de un nuevo clima de opinión de apoyo decidido al equipo, dejando en un plano secundario, o ni eso, la crítica a los gestores de la entidad asturiana. El descenso no es una opción, jamás en su historia la entidad asturiana estuvo alejada de las dos primeras categorías del fútbol español. En principio, eso sí, tampoco se puede esperar que el municipal gijonés registre la mejor entrada de la temporada este domingo, superando los 16.500 aficionados, pero lo que sí parece garantizado es que los espectadores de El Molinón se volcarán para apoyar a los suyos.