El sportinguismo se parte entre los materialistas y los desmoralizados

Noviembre se acaba y, a pocos le sorprenderá, el Sporting de Gijón no ha dado la talla. El frío ha llegado con la mala dinámica habitual de los rojiblancos, carentes de puntos y alegrías en el penúltimo mes del año. Dos puntos y dos goles a favor –ambos de penalti– son el balance que deja el undécimo mes del año. Unos números a maquillar este viernes ante el Andorra en El Molinón. Para el sportinguismo, la situación se abre en dos corrientes. Ambas válidas. Ambas contrapuestas. 

El Sporting de Gijón vive un nuevo momento delicado dentro de la temporada. No es la misma racha que se llevó por delante a Asier Garitano, pero está el equipo a un solo tropiezo de igualar el número de partidos en los que no consiguió la victoria el técnico vasco. La diferencia está en los dos empates conseguidos en El Molinón ante Las Palmas y Eibar. Esas dos igualadas, a pesar de las bajas, permiten al Sporting estar en capacidad de dormir este viernes en puestos de promoción de ascenso. 

Ahí está la corriente materialista. Los que ven la clasificación y dicen que no todo está mal. La derrota del Valladolid en la noche del lunes ante la Real Sociedad B hace que el sexto puesto se quede a dos puntos del Sporting de Gijón. Por tanto, conseguir un triunfo ante el Andorra haría que el equipo gijonés cierre el viernes y empiece el sábado en puestos de play off. Algo anecdótico con toda la jornada por disputarse, claro está. Pero se podría entender como un síntoma de que las cosas no van tan mal. Aquí entran los desmoralizados. 

La Segunda división no sorprende a nadie. Ganar dos partidos es sinónimo de engancharte arriba y caer de forma consecutiva te arrastra en la clasificación. El Sporting tiene en su mano pasar la noche en promoción, pero si el Andorra –equipo que marca el descenso– gana en El Molinón igualaría a puntos con los rojiblancos. La distancia con lo de abajo es de tres puntos, a pesar de tener entre medias a siete equipos en un atasco considerable. Más allá de puntos, al sector más desmoralizado le preocupa lo visto. 

La imagen ante el Huesca se suma a la dinámica de las últimas semanas en el Sporting. Las bajas hacen daño, mucho daño, al equipo de Borja Jiménez. La diferencia entre los titulares y los suplentes sigue abriéndose cada semana y las necesidades son imperiosas de cara al mercado invernal. En el sector más desmoralizado, se observa la escasez de plantilla para poder competir por ciertos objetivos. En el materialista, se observa la clasificación con esperanzas de que el viernes pueda cerrarse con el Sporting en la zona de promoción de ascenso. Todo tiene cabida. El objetivo rojiblanco es poner más peso en el lado materialista de la balanza.