Las aficiones dan ejemplo de cara al futuro
Tanto la hinchada del Sporting como la del Real Oviedo protagonizaron un gran ambiente sin incidencias antes, durante y después del partido
Un derbi siempre es un derbi, con independencia de lo que haya en juego sobre el tapete. Parecía que este duelo entre Sporting y Oviedo iba a ser de los más descafeinados de los últimos tiempos, dado que ninguno tenía objetivos ambiciosos sobre la mesa, pero nada más lejos de la realidad. Hubo goles, polémica y un reparto de puntos que, a fin de cuentas, no dejó a nadie sin cenar.
Más allá de lo que ocurrió sobre el césped, los ojos también estaban puestos en lo que trascendía a lo puramente futbolístico. Por un lado, con el almuerzo entre directivas, lo cual habla de la relación cordial entre ambos clubes. Y por otro, con ambas aficiones protagonizando durante las horas previas al encuentro espectaculares escenas de aliento a sus respectivos equipos. Y todo ello sin incidencias reseñables.
Primero la azul, que quiso dar en la capital del Principado el último aliento en el hotel de concentración a sus jugadores antes de partir hacia Gijón. Luego en los aledaños del estadio de El Molinón, donde confluyeron ambas hinchadas. La del Sporting tiñó de rojiblanco el cielo de Gijón con un espectacular recibimiento al bus del equipo. Y mientras tanto, el millar de aficionados azules accedían al estadio de manera ordenada, bajo un estricto protocolo de seguridad.
En los días previos al partido, dicho dispositivo, el cual obligaba a permanecer en el campo dos horas antes del inicio del encuentro, tuvo sus consecuencias en la capital del Principado. Las peñas azules, tras una reunión interna, decidieron viajar pero bajo una premisa: "si la temporada que viene no se flexibilizan las medidas no lo haremos", reconoció Nacho Suárez, portavoz del Fondo Norte, a Killer Asturias. Ya este pasado viernes, tanto la APARO como el Fondo Norte emitieron un comunicado en el que expresaban de manera unánime que será el último viaje a Gijón que se realice bajo estos parámetros de seguridad.
Durante el encuentro, y después de una emotiva interpretación de Víctor Manuel de su 'Asturias', himno oficioso del Principado, los cánticos cruzados entre ambas aficiones fueron una constante a lo largo de los noventa minutos. Primero celebraron los azules el gol de Enrich, y más tarde contestó la parroquia local con el gol de Djuka. En los banquillos y en el palco todo transcurrió con normalidad.
Después del partido, nada se salió del guion y no hubo que lamentar incidentes mayores. Un gran comportamiento por parte de ambas aficiones del que seguro tomará buena nota Delegación de Gobierno para la próxima temporada. El deseo tanto de los clubes como el de las aficiones es poder seguir tiñendo de color este tipo de partidos que están a la altura de otros derbis nacionales de Primera División. Pero, en sucesivas, bajo una flexibilización de los protocolos. Seguro que este precedente ayuda.