Los 2.345 minutos que hieren y que reflejan el problema del Sporting
Ya son 26 partidos consecutivos sin que el banquillo haya resultado determinante para el equipo gijonés, evidenciando el problema que sufre el Sporting
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El contador se puso a funcionar en Córdoba y nadie ha sido capaz de detenerlo. El Sporting de Gijón vive un momento delicado. A pesar de que la situación clasificatoria sigue manteniendo a los rojiblancos a dos puntos de la zona de promoción de ascenso, la realidad y las sensaciones que brindan el equipo son bien distintas. La segunda unidad volvió a poner de manifiesto en Huesca la evidente diferencia de nivel que existe entre los titulares y el banquillo rojiblanco. Ya no son solo las sensaciones. Los números reflejan el problema con el que lleva tiempo conviviendo el Sporting. Y es que desde Córdoba, nada de nada.
Han pasado 26 partidos. Demasiados para un banquillo. Esas son las jornadas que acumula el Sporting de Gijón sin ser apoyado desde los jugadores que actúan fuera del once inicial. Desde que Carlos Dotor marcara en el minuto 85 de aquel encuentro ante el Córdoba, la unidad B sigue evidenciando un problema al que resulta complicado ponerle solución a estas alturas de curso. Un total de 2.345 minutos sin goles de suplentes que refleja la situación de la plantilla rojiblanca.
A pesar que desde el banquillo llegaron las mejores noticias del domingo en Huesca, los cambios siguen sin ser importantes para el Sporting de Gijón. Hiriente es la situación de los delanteros rojiblancos. Los llamados a marcar la diferencia a nivel ofensivo no están consiguiendo llamar nada. Amadou fue el encargado de suplir a Otero en Huesca, contó con varias ocasiones pero pecó de falta de acierto. Más desafortunado estaría Jordy Caicedo. Al ecuatoriano no le sale nada con la camiseta del Sporting de Gijón.
Si los números generales del banquillo rojiblanco son preocupantes, en el caso de Caicedo se ejemplifica más. En sus últimos 27 partidos con el Sporting, solo ha conseguido ver puerta desde el punto de penalti. Fue en el partido ante el Almería del curso pasado. Desde entonces, nada de acierto para el atacante sudamericano. Además, sus números en Huesca reflejan más su momento.
Dispuso de 27 minutos y pasó de puntillas por el partido. Todo eso con el Sporting perdiendo y tratando de atacar para conseguir el empate. Tocó el balón en seis ocasiones, perdió dos veces la posesión, cayó una vez en fuera de juego y forzó una falta. Ese fue el balance de Jordy Caicedo. El mayor reflejo de que el banquillo del Sporting de Gijón no está funcionando. No solo a Caicedo. Tampoco al resto de sus compañeros de segunda unidad. Uno de los grandes problemas de un equipo que mira a enero con la necesidad del que pide a gritos mimbres.