"A mi dame a Sibo": la apuesta decisiva de Paunovic

El mediocentro ghanés se ha ganado un lugar tras ser esencial en el tramo final del ascenso a Primera

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Kwasi Sibo
Kwasi Sibo celebra el triunfo ante el Tenerife junto al Fondo Norte
Sáb, 05/07/2025 - 20:33

El fútbol está lleno de historias que cambian en cuestión de semanas. La de Kwasi Sibo en el Real Oviedo es una de ellas. El pivote ghanés, que llegó en verano de 2024 procedente de la SD Amorebieta, empezó la temporada como un jugador más dentro de la rotación del centro del campo. Hoy, sin embargo, es una de las piezas más reconocidas del ascenso a Primera División.

Sibo aterrizó en Oviedo con perfil de mediocentro defensivo, en una sala de máquinas repleta de nombres. Las lesiones de Colombatto, Cazorla y Seoane le abrieron paso en los primeros partidos oficiales, donde compartió titularidad con otros recién llegados como Alberto del Moral y Carlos Dotor. Bajo el mando de Javi Calleja, fue sumando minutos, pero su protagonismo fue menguando con el paso de las jornadas. De hecho, en el mercado de invierno el club reforzó esa demarcación con la llegada de César de la Hoz, lo que parecía alejar aún más al ghanés de los planes inmediatos.

Pero todo cambió con la destitución de Calleja y la llegada de Veljko Paunovic. El técnico serbio, que ya había seguido la temporada del equipo, tenía a Sibo muy bien valorado. Su frase “a mí dame a Sibo” en el partido ante el Granada se hizo viral en el entorno azul y pronto se materializó en hechos: el centrocampista se convirtió en indiscutible desde la primera alineación del nuevo técnico hasta el final del campeonato.

Titular en todos los partidos clave del tramo decisivo, Sibo se ganó su sitio a base de trabajo, despliegue físico y una madurez táctica que sorprendió incluso a los más escépticos. Su presencia dio equilibrio al equipo, y su rendimiento fue en ascenso semana a semana. En el playoff, firmó actuaciones sobresalientes y cerró la temporada siendo un referente del vestuario.

Ahora, con el Real Oviedo ya en Primera, Sibo parte como una de las piezas más consolidadas del centro del campo. El fútbol, a veces, recompensa al que espera su momento. Y Sibo lo aprovechó sin hacer ruido, pero dejando huella.