Muchos centros, escasos remates y una necesidad evidente
El conjunto gijonés no fue capaz de amortizar los 32 centros que colgó al área durante su visitas a Santo Domingo
Ya había advertido Ramírez que el Sporting de Gijón necesitaba tener más recursos en ataque para enfrentarse a equipos como el Amorebieta y Alcorcón. Los dos últimos rivales resistieron ante el empuje de los rojiblancos, que no fueron capaces de amortizar su constante presencia en el área rival.
Modificó su alineación. Apostó por Guille Rosas para tener tanta profundidad por la izquierda como con Cote. Dio entrada a Villalba para intentar cazar los pocos espacios entre líneas que iba a dejar la zaga alfarera. A Gaspar como delantero para, precisamente, producir algo de caos en la defensa rival como consecuencia de la movilidad del canterano. El plan estaba muy definido, pero los agujeros no aparecieron.
El control, eso sí, fue absoluto en la primera parte. Se vio a un equipo muy superior, con mucha confianza con el balón, descarado y siempre buscando la portería del conjunto local. El Sporting jugó así hasta que Rivera bajó de nivel. El rendimiento del gijonés en la primera media hora fue sobresaliente. Sin embargo, dicho dominio no se tradujo en ocasiones claras. Muchas llegadas sin último pase o muchos centros sin rematador. Ese fue más o menos el resumen de los primeros 45 minutos.
Los matices llegaron en el segundo tiempo. El Alcorcón despertó. El Sporting perdió control y a pesar de la en entrada de Campuzano y, después, Djuka, no ganó contundencia en el área rival. Incluso perdió un argumento con la salida de Juan Otero, quien sí es un cabeceador. Y es que el Sporting puso hasta 32 centros al área a lo largo del partido. La mitad de ellos fueron de Cote, que realizó un gran encuentro. Los rojiblancos solo fueron capaces de rematar cinco de esos centros. Menos de un 20%. La treintena de balones al área es el mayor registro en lo que va de campaña, seguido muy de cerca por el del anterior partido contra el Amorebieta (26) en El Molinón.
Lo que quieren decir los datos es, por un lado, la influencia de las características del rival en el desarrollo de los encuentros. Por ejemplo, el Sporting sólo puso seis balones al área contra el Villarreal B. O nueve frente al Andorra. Bien es cierto que el contexto también marca la diferencia. En la Cerámica el marcador estuvo a favor desde los primeros minutos y ante los de Sarabia la mentalidad del equipo aún no había dado ese salto de ambición que ahora sí se aprecia.
En cualquier caso, también es manifiesta la necesidad de que el Sporting pueda contar con otro delantero. Un rematador que sirva como recurso para encuentros como el de Santo Domingo o, en general, para lo que resta de campaña. Por exceso de confianza en las gestiones y falta de alternativas, el conjunto gijonés se quedó sin contratar a un '9' en el pasado mercado de fichajes, por lo que el próximo mes de enero deberá recuperar esa asignatura pendiente. Tiene que liberar una ficha, tendrá que dar salida a algún jugador, porque con seguridad sí dispondrá de margen económico para reforzar su equipo. En los últimos meses han sido importantes los ingresos extraordinarios por los que LaLiga incrementa el tope salarial.