Una pretemporada diferente para Santi Cazorla

El balón ha vuelto a rodar y con él, Santi Cazorla. A sus 40 años, el mediapunta de Fonciello afronta una temporada especial: el regreso a Primera División con el equipo de su alma. Renovado oficialmente el pasado 12 de julio, Cazorla ya ha disputado sus primeros minutos de pretemporada, dejando detalles de su calidad en el amistoso ante el Getafe.

Está siendo una pretemporada diferente para él. A diferencia de las dos anteriores en Segunda, en las que no pudo participar hasta el inicio liguero, esta vez está trabajando desde el primer día con el grupo. Ya tuvo minutos en el test ante los madrileños, donde se movió por todo el frente de ataque, especialmente en labores de mediapunta, aunque también recibió en ocasiones en banda izquierda. Precisamente desde ahí nació una de las mejores ocasiones del segundo tiempo: una diagonal medida, pase a Lucas Ahijado en el costado derecho y disparo final que salió desviado por poco.

Consciente de su edad y de la exigencia física de la categoría, Paunovic lo está utilizando con mesura, pero su sola presencia sobre el campo sigue siendo diferencial. Sin necesidad de alardes, su lectura del juego marca la diferencia, y sus combinaciones siguen generando ventajas para los compañeros.

Cazorla sabe que su rol esta temporada será importante, su liderazgo, visión y capacidad para desatascar partidos son valores muy apreciados por el cuerpo técnico. Además, su figura tiene un fuerte peso simbólico dentro del vestuario: es ejemplo, guía y puente entre generaciones.

En ese contexto, el veterano capitán azul pelea por hacerse un hueco entre las opciones del técnico en el centro del campo, donde también han dejado buenas sensaciones nombres como los de los recién llegados Alberto Reina o Luka Ilic. La competencia será alta, pero la experiencia de Cazorla en la élite puede ser decisiva en fases concretas de partido, sobre todo cuando haya que jugar con la cabeza fría.

El Real Oviedo comienza a construir su nuevo proyecto en Primera y, en ese plan, Cazorla sigue siendo una pieza clave. Porque la calidad, cuando es de verdad, no caduca.