La Crónica: Alemão y el Oviedo creen más que nadie 

Final feliz para uno de los días más especiales en lo que va de siglo para el oviedismo. Aupado desde el principio por más de 29.000 gargantas, el Real Oviedo venció en la ida de la final ante el Espanyol gracias a un gol de Alemão. Pudo incluso ampliar ventajas el equipo de Carrión, pero un tanto de Masca fue anulado por un fuera de juego milimétrico. Llega con vida el conjunto catalán a la vuelta, pero solo le vale ganar. Paso de gigante de un Oviedo que está cada vez más cerca. 

La Real Banda de Gaitas de Oviedo puso la piel de gallina al oviedismo con el himno de Asturias y después Melendi provocó alguna que otra lágrima entre la afición carbayona. Fue la previa más emotiva de la historia del Carlos Tartiere y tuvo el final que todos buscaban. Pero antes hubo que sufrir. El Espanyol rehuyó de sentimentalismos y a los dos minutos ya avisó con una clara ocasión. Braithwaite la cedió a la derecha y Jofre la cruzó lamiendo el palo de la meta de Leo Román. 

Tuvo que esperar su momento el Oviedo, asfixiado por la presión perica y buscando la verticalidad de Viti y el poderío de Alemão para salir a la contra. De las botas de el de Laviana llegó el primer acercamiento con un remate que se fue al lateral de la red. Poco después, el delantero brasileño avanzó por la banda izquierda, dejó atrás a Calero y en el mano a mano se nubló enviando muy desviado su disparo. 

Tras superar la media hora de encuentro, Paulino se retiró del terreno de juego entre lágrimas por unos problemas musculares que muy probablemente no le permitirán jugar en el último encuentro de la temporada. Y entró en su lugar Dubasin. Se mantuvo la igualdad en los últimos minutos del primer tiempo y Jaime Seoane estuvo cerca de hacer rugir el Tartiere. El madrileño la enganchó desde la frontal del área y su disparo se fue rozando el palo largo de Joan García. No hubo tiempo para más. 

Tras el paso por los vestuarios también salió mejor el Espanyol y metió el miedo en el cuerpo con un par de acercamientos peligrosos. Sin embargo, con el paso de los minutos el Oviedo fue mejorando. Manolo González cambió de sistema para jugar con defensa de cinco y el cuadro carbayón lo aprovechó. 

Primero la tuvo Masca con un disparo cruzado en el que obligó a intervenir a Joan García y poco después llegaría el premio. A los 72 minutos de juego, Jaime Seoane la colgó al área y se le escurrió a Joan García, que tuvo que quitársela de encima para evitar introducirse el balón en su propia portería y ahí emergió Alemão para empujarla con el alma y hacer rugir el Carlos Tartiere. 

Quedó noqueado el Espanyol y siguió creyéndoselo el Oviedo, aupado por un Carlos Tartiere que fue un aliento extra durante todo el partido. Y con esa energía el Oviedo consiguió anotar el segundo. Por unos segundos se vivió una auténtica locura en el feudo carbayón. Abrazos, festejos y un objetivo que cada vez se veía más cerca. Pero el VAR anuló el tanto por un fuera de juego milimétrico de Masca. Había que seguir. 

En la recta final el equipo azul intentó ampliar ventaja, pero dejó vivo al Espanyol para la vuelta. Las cuentas son fáciles: si el Oviedo no cae en Barcelona estará en Primera División. 90 minutos separan de la gloria a un cuadro carbayón que hoy –y durante toda la temporada– ha demostrado sus ganas de regresar a la élite.