Estudiantes gana en Pumarín sobre la bocina
El Alimerka Oviedo plantó cara al conjunto estudiantil hasta el final, pero la victoria se escapó en el último suspiro (76-78)
Que era un partido grande en Pumarín se notó desde la rueda de calentamiento. El pabellón ovetense se vistió con sus mejores galas para recibir al todopoderoso Movistar Estudiantes. Un clásico del baloncesto español y diseñado a capricho para volver a la Liga ACB. Así todo, aún con el recuerdo de la guerra que da la caldera asturiana cada vez que lo recibe.
El partido empezó eléctrico, con Estudiantes mandando en el primer parcial (0-5). Sin embargo, el Alimerka Oviedo comenzó a engrasar la maquinaria y contestó a la ventaja estudiantil con intereses (9-5). El pabellón carbayón empezó a erupcionar y mantenía vivo a los ovetenses en el intercambio de golpes hasta el final del primer cuarto, que se resolvió con ligera ventaja para los locales (20-19).
El segundo cuarto comenzó con Movistar Estudiantes con más puntería, respaldado, eso sí, con decisiones arbitrales que encendieron los ánimos de Pumarín y desembocaron con Javi Rodríguez expulsado. A pesar del gallinero que se formó, el Alimerka Oviedo no le perdió la cara al partido, con Raúl Lobaco y Marc Martí afinados para amortiguar el poderío de los madrileños. Con la fuerza que da la afición ovetense cuando le toca el orgullo, los carbayones llegaron con ventaja al descanso (43-37). Lobaco, con 11 puntos, y Granger, también con 11, fueron los máximos anotadores en los dos primeros cuartos.
Aunque Estudiantes consiguió recortar distancias en los primeros compases del tercer cuarto, el Alimerka Oviedo resistía a base de empuje. Nweke, con mucho poderío en la pintura, era el sustento ovetense. Con 15 puntos, el nigeriano se convirtió en el faro del OCB, que se fue con ventaja al último cuarto (61-60).
El cuarto y definitivo fue un intercambio de golpes constante, lo que permitió un desenlace de infarto. El Alimerka tuvo opción de cerrar el partido, pero malas decisiones en el aro rival, sumado a una férrea defensa estudiantil y otras polémicas decisiones arbitrales, privaron a los carbayones de la victoria. Eso y una última bola para ganar de Estudiantes. Con igualdad en el marcador, los madrileños dispusieron de la última posesión. Primero Granger falló el triple y luego Garino palmeó para llevarse el encuentro (76-78). Jarro de agua fría. No hubo tiempo para más. O sí. Después del partido, Pumarín se quedo en sus butacas para ovacionar a los suyos. La afición se fue orgullosa de lo visto sobre el parqué. El Alimerka Oviedo lo acarició.