Las cuentas del Sporting no encajan
El conjunto rojiblanco necesitará hacer traspasos para equilibrar sus números en el próximo mercado de fichajes. Una ventana que se presenta complicada por la devaluación de plantilla
Luis Manso
Seguro que muchos miembros de la entidad asturiana desearían que concluyese ya la temporada. No tanto los jugadores, aún motivados para cambiar su situación, pero seguro que sí la gran mayoría de los directivos. Sin un objetivo en juego, más allá de la confirmación de la permanencia, el paso de las jornadas está devaluando la cotización de la plantilla del Sporting de Gijón.
Al margen de lo táctico, el aspecto emocional centra la mayor de las atenciones de José Luis Martí. Al nuevo técnico poco se le puede reprochar de la última derrota. Incluso tampoco a la plantilla, víctima de una tendencia de turbulencias institucionales que se ha traducido en un nivel de rendimiento muy por debajo de las capacidades que sí demostró con anterioridad.
La exagerada paciencia o inmovilismo del Consejo, así como la influencia negativa del director deportivo y la inestabilidad de David Gallego han conducido a la situación actual. Una temporada que se está haciendo eterna y en la que cuesta encontrar a un futbolista rojiblanco revalorizado. Quizá en ese apartado de las excepciones, y con generosidad, figura Christian Rivera por sus dos últimos meses de buenas prestaciones. En la misma línea constructiva, aunque con permiso de sus lesiones, se puede incluir a Guille Rosas por su alto rendimiento siempre que ha jugado. Aitor García, a excepción del último encuentro, es otro de los miembros del conjunto gijonés que se encuentra en un buen momento. Sin embargo, a partir de ahí, hasta Diego Mariño está siendo discutido.
Tampoco Fran Villalba parece ser el mismo que hace meses maravilló a El Molinón. José Gragera, sin motivo aparente alguno, ha pasado de su debut con la selección española sub 21 a ser un futbolista convocado que ni tan siquiera calienta en la banda. Un caso cercano que no similar al de Gaspar Campos, desdibujado tras su explosión y sin empujón alguno por parte del cuerpo técnico saliente. David Gallego no habló con él en los dos últimos meses antes de su destitución.
En un término medio, y a pesar de ser sacrificado recientemente al descanso, está Pedro Díaz. Un futbolista al que siguen equipos de mayor categoría y que ha actuado mermado al partir desde el mismo espacio que ocupa el pivote defensivo. Por eso Martí adelantó su posición la pasada jornada, con tanta iniciativa como poca paciencia tras prescindir de él al descanso. Asimismo, correcta que no de notable está siendo la campaña de Uros Djurdjevic, por quien Javi Rico aseguró haber rechazado ofertas importantes el verano pasado. Propuestas que en el próximo mercado, dado su rendimiento actual y la cercana extinción de su contrato, no volverán a repetirse.
Así, y como consecuencia de los resultados y la gestión, las cuentas de la entidad asturiana no tienen un encaje sencillo. Para su equilibrio, para seguir financiando su tesorería, para continuar contando con un tope salarial no muy inferior al actual, el Sporting necesita hacer traspasos por un importe notable. Cifras que, a día de hoy tras la devaluación de la plantilla, parecen inalcanzables salvo una venta de, mínimo, dos jugadores.
