"¡Sí se puede!": La Mareona arropa a los suyos antes de la vuelta

Centenares de aficionados se dieron cita en Mareo a la salida del autobús del Sporting de Gijón con destino a Barcelona para la vuelta de la semifinal

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Mareo Bus
Salida del autobús del Sporting de la Escuela de Fútbol de Mareo
Mié, 12/06/2024 - 18:28

"Van a llegar tarde, a ver si van a perder el avión", le decía un pequeño aficionado ataviado con la camiseta del Sporting de Gijón a su madre. Algo más tarde de la hora fijada, el autobús del conjunto rojiblanco hacía su salida de la Escuela de Fútbol de Mareo. Lo hacía en volandas, arropado por una afición fiel que confía en que mañana sea una gran noche en Barcelona. Centenares de aficionados se agolparon a la salida del autobús rojiblanco para darle el último grito de ánimo a la plantilla del Sporting antes de emprender su viaje hacia la Ciudad Condal. 

La afición empezó a aparecer por Mareo a partir de las cuatro y media de la tarde. Quedaba una hora para que el autobús arrancara pero quisieron hacerse notar. Con la llegada de los primeros jugadores se repitió la escena vivida hace poco más de una semana cuando el Sporting partía hacia Eibar. Un sinfín de fotografías y autógrafos con los más pequeños para que nadie se marchara sin su recuerdo para casa. El 'boom' infantil en el sportinguismo también se ha hecho notar esta temporada, con un sentimiento de pertenencia inculcado desde las edades más tempranas. Eso también es salir bien. 

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Afición Mareo

 
De los futbolistas nadie se escapó de su baño de masas. Todos eran detenidos en su camino hacia el interior de la Escuela de Fútbol de Mareo, dedicando tiempo a cada uno de los aficionados. De los más solicitados, Nacho Méndez, Djuka o Mario González. También Rubén Yáñez, uno de los últimos en aparecer por el interior de las instalaciones por el 'trabajo' que le costó avanzar entre la Mareona. Eran cerca de 300 los aficionados que no paraban de alentar a los suyos. "Mañana hay que ganar porque sois el mejor equipo del mundo", le decía una pequeña a Hassan. El francés también fue otro de los más aclamados. 

No paraba ahí el aliento. Dentro de las instalaciones rojiblancas, la plantilla del Sporting Genuine también se había dado cita para darle el último abrazo a los jugadores antes de su salida hacia Barcelona. Con todos dentro del autobús, la tarde en Mareo se volvió roja. Una nube desatada por el encender de las bengalas le daba la despedida a la plantilla que tomaba rumbo al aeropuerto. Un grito se coreó entre la Mareona cuando el bus se alejaba. "Sí se puede, sí se puede", entonó el sportinguismo. Por muy complicado que pueda resultar el reto, la afición del Sporting no pierde la fe.