Una plantilla más cara, más amplia y menos productiva
La negativa temporada de los rojiblancos hace imprescindible una nueva reflexión tras la inversión realizada y los resultados obtenidos
De la plantilla que se quedó a las puertas del play off en la campaña 2020-21 salieron nueve jugadores. En su lugar, tras los dos últimos mercados de fichajes, llegaron nueve futbolistas y promocionó otro canterano. Una renovación que ha sido infructuosa y que, al margen de los resultados, también ha supuesto la destitución de David Gallego al frente del banquillo del Sporting de Gijón.
El decepcionante rendimiento de esta campaña no parece que vaya a tener más 'víctimas'. El presidente Javier Fernández lo dejó claro la semana pasada al confirmar la continuidad del director deportivo y resumir al máximo la depuración de responsabilidades. "Esta temporada, en teoría, iniciamos la campaña con una mejor plantilla, porque está reforzada, y con el mismo entrenador que conocería mejor la plantilla. Y no sale. Lógicamente llega un momento que es un problema de dirección deportiva, si los jugadores son adecuados, o de entrenador, o del equipo. Al final la decisión va a hacia esa línea de entrenador y está", explicó Fernández al término de la Junta ante los medios de comunicación.
Así, rechazada públicamente la posibilidad de valorar la salida de Javi Rico, la entidad asturiana no considera necesario señalar más culpables del desarrollo deportivo. Un curso para el que amplió su partida económica destinada a la plantilla, multiplicando las incorporaciones en verano y realizando una fuerte inversión en el periodo de fichajes concluido hace ya un mes.
La reflexión, en cualquier caso, es inevitable. Al Sporting le fue mejor la campaña pasada cuando solo tuvo tres refuerzos: Cumic, Saúl García y Víctor Campuzano. Un equipo del que terminaron haciendo las maletas nuevo miembros (Saúl, Javi Fuego, Joel, Cumic, Carmona, Salvador, Álvaro Vázquez, Neftali y Pelayo), quienes meses más tarde fueron reemplazados por nueve jugadores y la promoción de un canterano: Kravets, Villalba, Cuéllar, Puma Rodríguez, Rivera, Berrocal y Berto pasaron a ser parte del primer equipo tras el mercado veraniego, mientras que Jony, Ramírez y Calavera lo hicieron en invierno. En total, 9 altas procedentes de otras entidades en la 21-22 por solo tres en la 20-21.
La comparación, que empuja a la conveniencia de limitar las incorporaciones, también se puede hacer en un pasado más o menos reciente. El ejemplo más destacado sucedió en los cursos 2015-16 y 16-17. En el primero de ellos se obtuvo la permanencia en Primera división, sin apenas fichajes, y después no pudo evitarse el descenso cuando precisamente LaLiga había levantado la sanción para contratar nuevos jugadores. Un punto de inflexión que se tradujo en la renovación profunda del bloque que consiguió el ascenso en 2015.
De cara a la próxima temporada, salvo debacle o milagro de nuevo en LaLiga SmartBank, el conjunto gijonés tiene programado otro vuelco importante. Javi Rico tiene en su plantilla hasta siete jugadores cedidos de los que solo parece encarrilada la continuidad de Villalba. A ello se suma la necesidad de obtener dinero a través de traspasos, sobre todo, a raíz de la pobre amortización que el club ha obtenido de la fuerte inversión realizada. El ascenso no partía como una meta de obligado cumplimiento, pero ni mucho menos se consideraba admisible la zona baja de la tabla. Una clasificación que también supone una merma importante de ingresos. Solo David Gallego se ha visto obligado a asumir las consecuencias.