Burgui: "El año del Sporting fue el más especial de mi vida"
El extremo ha dicho adiós al fútbol a los 30 años por problemas en la rodilla que le impidieron estirar más su trayectoria
Las lesiones son el obstáculo principal en la carrera de muchos futbolistas. Da igual la proyección, la edad o la categoría. Una lesión aciaga y todo se acaba. Para muestra, la de un exrojiblanco. La carrera de Jorge Franco Alviz ha tocado a su fin a los 30 años. Una edad temprana para decir adiós al fútbol. La rodilla ha sido el freno para la carrera de un Burgui que busca nuevos retos dentro del deporte que tanto le ha hecho disfrutar.
El extremo de Burguillos del Cerro, que ahora vive una experiencia nueva como presidente y entrenador de un equipo de fútbol sala, ha repasado su trayectoria con los buenos y los malos momentos, en una entrevista en Relevo. En ella, habló sobre su paso por el Sporting de Gijón. Una temporada en Primera división que marcó a Burgui. "El año del Sporting fue muy especial. Seguramente el más especial de mi vida. No conseguimos el objetivo y bajamos, fue un palo muy duro, pero yo quise quedarme en Segunda División. Pero el Real Madrid no quiso y yo también quería jugar en Primera. No llegaron a un acuerdo, fue una pena", expresó el extremo.
Una etapa con final amargo por el descenso en Ipurúa pero que caló fuertemente en el recuerdo de Burgui. Como rojiblanco jugó 32 partidos y consiguió dos goles. Precisamente, el último que consiguió fue en aquella última victoria del Sporting en Primera división ante el Eibar. Por aquel empuje y no bajar los brazos, la afición rojiblanca le recuerda con cariño. Es recíproco. "Me sentí en deuda con ellos. Tú ibas por la calle y todo el mundo te quería, te hablaban. Te hacían sentir especial. Salías al campo y había 30.000 personas, todas esperaban al autobús en las buenas y en las malas. Te marca", explicó.
La trayectoria de Burgui, fuera ya de España, le llevó a jugar a Croacia. Allí empezó a encrudecerse su lesión de rodilla que terminaría con su carrera. Una lesión crónica con la que aprendió a convivir para volver a disfrutar del fútbol. Sin embargo, el dolor llegó a ser tal que el disfrutar no compensaba. "Llegaba a casa y lloraba, pero era seguir, seguir y seguir. Llega un momento en el que es mejor llevar una vida medianamente buena", contó el ya exfutbolista.
Ahora, Burgui disfruta de todo aquello de lo que no puede disfrutar un futbolista profesional en su día a día. Y también aprovecha para mirar al futuro. "Me ilusiona ser entrenador, es algo que me apasiona y un reto bonito que tengo por delante. También estoy entrando en el mundo de la representación y muchos quieren que trabaje con ellos. Le estoy dando vueltas", dijo. Un futbolista de mucho talento que hizo disfrutar durante un año a la afición del Sporting a pesar del final amargo de su experiencia.