Los encontronazos, conocidos, de Javi Rico
El director deportivo Javi Rico vive, como todos, un momento complicado por la preocupante situación deportiva del equipo
La primera intervención o declaración de intenciones de Javi Rico resultó alentadora para la afición rojiblanca. Además, tras los primeros resultados, comenzó obteniendo el reconocimiento de todos por elegir a David Gallego como entrenador del Sporting de Gijón. Sin embargo, su valoración ha caído en picado en los últimos meses.
Se mueve bien en espacios concretos de Mareo. También al compartir valoraciones con los miembros del Consejo en las citas de El Molinón, o cuando les acompaña en los desplazamientos del primer equipo. Por momentos, la relación de Javi Rico con los directivos ha sido casi como la que tienen unos 'amigos'. Pese a ello, a la hora de la verdad, él ha sido la cara que ha encajado y sigue encajando los golpes críticos.
Al menos, eso sí, el presidente Javier Fernández ha respondido por él cuando la situación así lo requería, cuando la intervención de Javi Rico ya era insostenible para la otra parte. Tensiones o encontronazos que comenzaron pronto con la renovación de Nacho Méndez. Su respuesta a la primera negativa del jugador fue incluso estudiada por la Asociación de Futbolistas Españoles. Rico, semanas antes, ya había tenido conversaciones individuales con futbolistas que quedaron contrariados.
Estos fueron dos de sus primeros capítulos poco agradables de la temporada 2020-21, la primera que inició, la que será recordada por el brote de COVID que marcó el inicio de 2021. Un imprevisto ante el que no supo reaccionar. No en vano, su gestión fue cuestionada en el vestuario y supuso el punto de inflexión para una relación irremediablemente deteriorada.
Prueba de ello, por lo que quedaron confirmadas sus diferencias con miembros de la plantilla, fue la salida de Javi Fuego. Con el poleso no tuvo entendimiento alguno, mientras que con Álvaro Vázquez tuvo otro momento poco o nada amable. Le advirtió, durante la concentración en la noche previa al encuentro en Tenerife, con un despido procedente si no aceptaba las condiciones que le proponía para rescindir su contrato. Después sí intervino Javier Fernández.
Del mismo modo, el presidente del Sporting tuvo que mediar tras el incidente sucedido al término del partido contra el Huesca en Gijón. La escena entre Javier Martínez y David Gallego no fue propia de un club profesional, así como tampoco lo sucedido acto seguido entre Javi Rico y el técnico. Una lista de percances a la que se suma la Federación de Fútbol de Montenegro, que se sintió engañada. Para retrasar la concentración de Djuka, para que estuviera en el Tartiere, se aseguró que no jugaría todo el partido y que llegaría en buenas condiciones para competir con la selección. En esta ocasión, cierto es, David Gallego también tuvo su parte de responsabilidad.
En cualquier caso, para promesa no cumplida está el caso de Fran Villalba. Al mediapunta valenciano le sedujo desde el primer momento la opción del conjunto gijonés. Tanto que aceptó una rebaja del 60% de su salario con la condición de que el club reconociese su esfuerzo con una mejora si es que ejecutaba la posibilidad de compra. Una opción a la que finalmente accedió, con anuncio incluido, pero sin cumplir la palabra dada acerca de la subida salarial. Por ahora, los agentes del jugador ya solo quieren hablar con Fernández.
Tampoco su relación con Noé Calleja ha estado libre de tiranteces. Propuso al Consejo su despido al final del curso, le ha sacado del despacho que compartían y en la actualidad apenas tienen relación. Estos son algunos, que no pocos, de los desencuentros que Javi Rico ha tenido en las dos campañas que lleva. Aún le resta una tercera y el presidente ha asegurado rotundo que la va a cumplir.