Los proyectos inacabados que marcan la exigencia y la autocrítica
Jeraldino y Jordan Carrillo suponen dos giros de guion de lo fijado por el Grupo Orlegi al comienzo de curso
El mercado de fichajes del Sporting de Gijón sigue generando. David Guerra daba ayer por cerrados los movimientos en la ventana invernal en la que se han producido más salidas que en los anteriores. Dos jugadores ya han salido del club y otro lo hará en los próximos días. Se espera que este fin de semana se termine por cerrar la rescisión de contrato de Ignacio Jeraldino para embarcarse en su nueva aventura en Chile. Una salida que supondrá el cuarto viaje de vuelta de jugadores que llegaron de la mano del Grupo Orlegi a Gijón.
El caso más significativo y representativo fue el de Jordan Carrillo. El mexicano aterrizó en Gijón hace dos veranos como un exponente del fútbol mexicano. Bajo el galardón de mejor jugador joven de la Liga MX, un futuro ilusionante. Su falta de adaptación al fútbol europeo terminó su aventura antes de tiempo. "Entendíamos que aquí no iba a poder avanzar más", explicaba David Guerra sobre Carrillo. Una apuesta del Grupo Orlegi inacabada que se cerró seis meses antes de que Jordan pudiera hacerse con su pasaporte extracomunitario.
El caso de Jordan Carrillo ha ido de la mano del de Ignacio Jeraldino. El chileno no llegaba con la vitola de un jugador de futuro pero sí que Orlegi buscaba su encaje en el fútbol europeo. Era un proyecto diferente de crecimiento, pero proyecto al fin y al cabo. Menos participación que Jordan, menos importancia para el Sporting y una salida necesaria por los compromisos del club en el mercado de fichajes. Una salida que hace más extraña si cabe la firma hasta 2026 del delantero de este verano por parte rojiblanca. Dos procesos inacabados que ponen de manifiesto la exigencia y, también, la autocrítica que se hace desde dentro. No todo tiene porque salir bien.
"Cuando las cosas no se han dado, hay que rectificar", explicaba el presidente ejecutivo del Sporting de Gijón durante la presentación de Mario González. Un delantero llamado a subir la propia exigencia de la plantilla. En el club hay satisfacción con el nivel mostrado por la plantilla en la primera vuelta de la temporada, la satisfacción la muestra la propia clasificación. Y en los casos en los que no hay satisfacción sobre el terreno de juego, se busca solución. Muestra son los casos de Jeraldino y Carrillo.
También varios niveles por debajo se vivió una situación similar. El Grupo Orlegi trajo a Mareo a seis jóvenes talentos del fútbol azteca para ampliar sus horizontes. Dos de ellos, los jugadores del Club América, volvían a México en este invierno. Otra prueba de la exigencia. Un mensaje de cara al futuro para los que vendrán, que lo harán. No por llegar de la mano de un programa tan importante para el Grupo como este, se van a asegurar los minutos. En Mareo toca sudar. Y en el caso de que no se produzcan los rendimientos deseados, momento para la autocrítica y las rectificaciones. De sabios es.