Luces, sombras y alguna incógnita tras el último mercado de fichajes
El rendimiento de futbolistas como Santiago Colombatto o Leo Román contrasta con el de otras incorporaciones como Romario Ibarra
Una vez concluida la primera parte del campeonato en Segunda División, es momento para empezar a sacar algunas conclusiones. Especialmente, de aquellas apuestas realizadas durante el verano que tenían como objetivo reforzar la plantilla. En el caso del Real Oviedo, algunas incorporaciones surtieron el efecto deseado, otras no tanto.
De los diez fichajes realizados durante el periodo estival, el caso más fructífero ha sido el de Santiago Colombatto. El mediocentro argentino, una de las apuestas de Jesús Martínez, ya está dando sus frutos. El de Ucacha se ha convertido en el futbolista más determinante de la plantilla del Real Oviedo, con dos goles y cuatro asistencias. Después de perderse las dos primeras jornadas y un inicio atascado por una expulsión en la cuarta cita del campeonato, Colombatto se ha metido a la afición azul en el bolsillo, hasta el punto de ser imprescindible en los planes del conjunto oviedista.
Otro caso exitoso es el de Leo Román. El portero ibicenco, cedido por el Mallorca, inició la competición como titular, después de un verano en el que compitió por el puesto hasta el último momento con Quentin Braat. Cervera no se arrepintió de su elección en la primera jornada, y Leo Román comandó la portería durante el periodo dirigido por el técnico guineano. La llegada de Luis Carrión no alteró los planes y el balear continuó custodiando el arco oviedista, despachando grandes actuaciones, con paradas decisivas para la obtención de puntos.
Otros futbolistas no fueron tan brillantes como los dos anteriores, pero sí han conseguido ser imprescindibles en el once. Son los casos de Sebas Moyano y Jaime Seoane, con mayor protagonismo para el cordobés. Moyano participó en 21 encuentros, 16 de ellos como titular, y ya ha dejado su sello con dos tantos y una asistencia. Seoane, por su parte, también ha sido un fijo en la alineación, pero aún se espera más del madrileño. Así todo, ha cerrado en alto el 2023 y desde el club confían en que su rendimiento vaya en aumento a lo largo de la segunda vuelta.
La llegada de Santi Cazorla en verano fue un chute de adrenalina para la afición del Real Oviedo. Era la vuelta del hijo pródigo al Carlos Tartiere y muchos esperaban que su incorporación fuera determinante. Sin embargo, el de Lugo de Llanera tardó en coger la forma después de varios meses de inactividad. Irrumpió en la séptima jornada coincidiendo con la llegada de Luis Carrión, y el técnico catalán empezó a contar con él de manera progresiva hasta brindarle la titularidad en la jornada 13. Una lesión en el sóleo le privó de tener continuidad y ahora espera recuperarse lo antes posible para volver a ayudar al equipo.
Paulino de la Fuente, por su parte, sí logró tener más incidencia en el juego, pero al igual que Cazorla, una lesión en el sóleo le cortó las alas cuando mejor se encontraba. Así todo, el cántabro cerró la primera vuelta con cuatro goles y una asistencia. Más dudas ha generado Alemão. El brasileño, lesionado durante ocho jornadas al comienzo de la competición, es un fijo en la rotación, pero en ninguna de sus apariciones ha conseguido tirar la puerta abajo. Solo ha sido titular en un encuentro liguero y como goleador solo ha visto portería en la Copa del Rey.
Menos suerte han tenido Álex Millán y Mario Hernández, ambos con el ligamento cruzado anterior roto. El delantero se lesionó en pretemporada y el lateral a mediados de septiembre. Millán podría reaparecer en marzo, mientras que Mario Hernández está prácticamente descartado para lo que resta de temporada.
La mayor decepción de todas las incorporaciones fue la de Romario Ibarra. El extremo, de la mano de Pachuca, llegó con la etiqueta de internacional con Ecuador, pero su rendimiento estuvo muy por debajo de lo esperado. Las lesiones y su falta de adaptación precipitaron su salida anticipada antes de que se abriera el mercado de invierno.