Miguel Ángel Ramírez confiesa su amor por el Sporting

Ocho meses que parecen un mundo. Ese es el tiempo que ha pasado desde que el Real Sporting comunicó que Miguel Ángel Ramírez no seguiría en el banquillo de El Molinón. Desde entonces, han pasado muchas cosas en ambos frentes. A Gijón llegó un nuevo capitán de barco llamado Rubén Albés, que no pasa por el mejor momento desde su aterrizaje. Al canario, actual entrenador del Zaragoza, no le fueron mucho mejor las cosas y apunta a su segunda desvinculación desde su salida del Sporting si mañana no consigue ganar a los rojiblancos.

Una estancia en Gijón que solo ocupa recuerdos felices en su memoria. "Es muy especial. Es un club que quiero muchísimo, generamos algo muy especial que creo que no había vivido con empleados desde el primero hasta el último, con toda la plantilla, los jugadores... fue una relación deportiva y personal muy sana en la que logramos trasformar un club en el día a día", declaraba Ramírez su amor al Real Sporting.

"Entre todos fuimos capaces de cambiarlo con paciencia y mucho trabajo y llevamos al equipo de estar cerca de descender a cerca de ascender a Primera" recordaba el canario el hito que consiguió en Gijón. Ramírez aterrizó en Asturias el 17 de enero de 2023 con el club a tres puntos del descenso y tras un final de temporada agónico por la salvación, el canario cambió las tornas al año siguiente para colar al Sporting en su segundo play off desde el último descenso. 

Un reencuentro que llega en un momento delicado. Miguel Ángel Ramírez lleva siete partidos en Zaragoza, donde solo ha conseguido una victoria. Unos números que ponen su continuidad contra las cuerdas en caso de perder ante el Sporting.  "No creo que sea lo mejor ser cortoplacistas sino tener una visión de hacer algo grande y no hablo por mí, hablo por el club. A mí me da igual porque me van a echar. No sé cuando y me da igual. Vivo cada día como si fuera el último y voy a trabajar hasta el último día con las mismas ganas", explicaba Ramírez sobre si cree que una derrota propiciaría su destitución.

"Para eso que venga otro. Y que lo echen en junio, que contraten a otro y que lo echen en octubre o noviembre para traer a otro que echen en enero. Y así que se siga un poquito el dinamismo en los banquillos", ironizaba el canario sobre el constante movimiento de entrenadores que hay en los equipos. Todo esto explicaba Ramírez en la previa de su reencuentro con el Sporting, un club al que sigue queriendo mucho.