Un lujo en el banquillo y para el tope salarial
El portero vigués ha perdido su plaza en la alineación titular y, si se queda, deberá competir con el puesto con Iván Cuéllar
Pagó los platos rotos por la mala racha de resultados. También dicen que el fútbol no tiene memoria, o que el cambio de portero suele ser a veces la solución más fácil y menos resolutiva para cambiar una tendencia. Todo esto le ha pasado a Diego Mariño, el futbolista del Sporting de Gijón que mejor rendimiento ha dado en la suma de todas las temporadas tras el descenso en 2017.
Fue relegado al banquillo y los resultados no mejoraron. El problema quedó claro que no estaba en la portería. Tampoco Iván Cuéllar tuvo responsabilidad alguna en la trayectoria final con el descenso cada vez más cerca. La temporada ha sido complicada para el portero gallego, que de golpe ha perdido su sitio en la columna vertebral del proyecto.
Ese, en realidad, es el lugar de Mariño, el de un papel protagonista. Bajo esos término fue renovado, por esas condiciones ningún otro club se lanzó a por su fichaje. Su salario y el gasto del traspaso ejercieron de freno cuando hubo equipos interesados en su situación.
En esa línea, el Sporting tiene un problema de cara al próximo curso. Su portero titular ya no tiene esa etiqueta y su lugar en el banquillo es un lujo caro para el tope salarial. Por eso su salida es una posibilidad seria si el club no pide traspaso. Le queda un año de contrato y Mariño sigue conservando un buen cartel.