El Sanse mete el dedo en la llaga
El Sporting vuelve a caer en casa y atenúa su descalabro en las últimas jornadas, con un punto de los últimos 18 disputados
No hay excusa. El Sporting se ha ido y no está claro en que momento volverá. Ante un filial donostiarra sin sus principales armas ofensivas, el cuadro de David Gallego fue vapuleado. Y no sirven las coartadas. A número de lesiones, ganaba el cuadro de Xabi Alonso. A número de internacionales, ganaba el equipo de San Sebastián. A síntomas de debilidad, el Sporting ganaba por goleada. El salto hacía el vacío continúa sin que David Gallego ni sus jugadores puedan llegar a la anilla y abrir el paracaídas.
La noche invitaba a pensar en un despegue. Un rival con bajas, más de las que llevaba el Sporting, llegaba a El Molinón inmerso en una mala dinámica, algo que se encargaría de revertir el batallón de Gallego. Con la incursión de Christian Rivera en la medular, Nacho Méndez en un costado y unos renqueantes Aitor y Berto pululando por el frente de ataque, el Sporting intentó robarle la pelota al rival. Misión imposible. Los potrillos de Xabi Alonso, que oteaba el partido desde el palco, se hicieron con el control del balón y desplegaron un abanico de recursos que volvieron a desarbolar a un Sporting maniatado por sí mismo.
El primer aviso llegó a balón parado, lunar eterno de la temporada rojiblanca. Falta lejana que conectó libre de marca un motivado Luca Sangalli, espoleado por la visita de su hermano Marco el día anterior al hotel de concentración donostiarra. Fue el faro de una Real que encontró en Roberto López y Robert Navarro dos guantes con los que golpear al rostro ya dolorido del Sporting.
Mariño y el larguero fueron los encargados de retrasar el gol visitante, tras una jugada de quilates con tacón incluido de un combativo Javi Martón, delantero del Covadonga el curso pasado. En el otro área, un Berto a medio gas fue el único en llevar el balón a zonas peligrosas, pero la cabeza tiraba más que las piernas. Sobre el delantero, reclamó un penalti el Sporting que el VAR no quiso corroborar, aunque Gallego explicaba después del partido que el linier había admitido la pena máxima. No hubo premio a tan poco trabajo.
Tras el descanso, Mareo, personificado en Santamaría y César, salía a calentar para espolear a la afición. Un público que parecía noqueado al igual que el equipo a la espera de que llegará el golpe definitivo. Y llegó. Un balón desde la zaga donostiarra sobre el área rojiblanca contó con la permisividad de Bogdan que dejó botar el balón en tres ocasiones para dejar el gol en bandeja a Olasagasti. Se hizo el silencio fúnebre en El Molinón.
Intentaron los canteranos animar una fiesta cuyo final se intuía. Azotados por las ganas del debut en Segunda División, los ingresos de César García y Álvaro Santamaría animaron el ataque, pero sin poner en peligro real la puerta de Unai Marrero. Con el pitido final, llegó la resignación. No hubo bronca del poco público que aguardó a la conclusión de la función. Una bala pérdida que se une a los cartuchos de las últimas jornadas. Ni el árbitro, ni las ausencias, ni el rival. No hay excusa que enmascare la derrota y la caída libre del Sporting de Gijón.
- Mariño
- Bogdan -
- Babin
- Valiente
- Pablo García
- Oyón SC
- Rivera
- César
- Pedro
- Nacho Méndez
- Villalba
- Aitor
- Kravets
- Berto -
- Santamaría
- Unai Marrero
- Blasco
- Larrañaga
- Pacheco
- Alkain
- Sangalli
- Olasagasti
- Martín
- Roberto López
- Maguna SC
- Robert Navarro
- Aldasoro
- Martón
- Garrido SC
Goles
0-1, Olasagasti (63’)
Árbitro
Tarjetas: El colegiado González Francés amonestó a los locales Babin (34’) y Villalba (91’) y al visitante Sangalli (80’).
Incidencias
12.452 aficionados asistieron al encuentro disputado en El Molinón-Enrique Castro Quini.