El GP de Australia deprime a los españoles

A Fernando Alonso le pasa de todo. Fallos en el motor de su Alpine, de transmisión, hidráulicos y este domingo con la degradación de su segundo juego de neumáticos. El asturiano se fue sin puntos de un Gran Premio de Australia que parecía esperanzador. Tampoco le fue bien a Carlos Sainz en el GP de Australia. 

Los españoles, tras la frustrada Q3 del sábado, optaron por una estrategia diferente al resto, comenzando la carrera con los compuestos más duros. Alonso salió bien, no perdió posiciones, mientras que Sainz se quedó clavado en la salida. Perdió cuatro puestos, arriesgó para adelantar a los coches más lentos y a la primera de cambio se salió de pista y se quedó enganchando a la grava.

La apuesta de Alonso era más conservadora, guardando neumáticos para estirar su primera parada y aprovechar sus ruedas frescas en las últimas vueltas. Su plan marchaba bien, regresó a la pista con los medios cuando aún faltaban 20 vueltas, con margen suficiente para adelantar y sumar una buena cantidad de puntos.

Sin embargo, sus neumáticos se vinieron abajo. Debía ser más rápido que los pilotos que le rodeaban, pero poco a poco fue perdiendo velocidad y superado por los pilotos que venían por detrás. Ya sin opciones de puntos, aunque fue para darse el gusto, volvió a entrar para cambiar las ruedas y buscar la vuelta rápida. Se quedó cerca de ella, pero le superó Charles Leclerc. El piloto francés completó un gran fin de semana con la pole, victoria y vuelta rápida. Sergio Pérez y George Russell completaron el podio.

"No hay que darle muchas vueltas, hay que pensar en la siguiente. Llevamos tres carreras y quedan 20, tendremos muchísima suerte en las próximas carreras",dijo elovetense, resignado, al final del Gran de Premio.