El oviedismo sí dio la talla en Burgos

Cerca de 2.000 aficionados del Real Oviedo aportaron color azul a las gradas de El Plantío en el primer gran desplazamiento de la temporada

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Afición Real Oviedo
Dom, 27/08/2023 - 14:44

Mucho que mejorar en el césped. Nada que reprochar a la grada. Una vez más, la afición del Real Oviedo ha vuelto a dar muestra de la fidelidad que profesa a sus colores. Tras un inicio con muchas dudas del equipo de Álvaro Cervera, el oviedismo ni siquiera reparó en ello y viajó en masa a Burgos, el primer destino del curso dentro de la Península.

A primera hora de la mañana del sábado, varios autobuses de peñas azules partieron desde el Principado de Asturias con la ilusión intacta. Otros lo hicieron en sus coches particulares. Algunos ya habían plantado la bandera azul el viernes. El objetivo era citarse a orillas del Arlanzón para animar a los suyos y volver a crear el ambiente vivido en los últimos dos desplazamientos a la capital burgalesa. Y vaya si lo hicieron.

Ya a la hora del vermú, momento de llegada de la comitiva oviedista, el casco antiguo de Burgos se tiñó de azul, acompañado con cánticos y, sobre todo, buen ambiente. Una previa que se resolvió con apetitosa gastronomía y sin incidencias en ningún punto de la localidad. La afición del Real Oviedo hizo gala de un grato comportamiento junto a la hinchada local que ejerció de gran anfitriona. La buena sintonía entre las dos ciudades es reseñable.

De camino a El Plantío, el nivel de euforia fue en aumento. Una vez dentro del estadio, el color azul respondió de manera notable al blanquinegro local. Por un lado, con los mil oviedistas que llenaron el perímetro destinado a la afición visitante. Por otro, el resto de oviedistas que se las ingeniaron para adquirir su entrada, una vez agotados el millar de tickets protocolarios, ubicados en el mismo fondo o salpicados en otros sectores. En total, 9.854 espectadores dentro de un estadio con aroma añejo, de los cuales cerca de dos millares llevaban tatuada la cruz de los ángeles en el pecho.

Una vez el árbitro indicó el inicio del encuentro, fin de la fiesta, a tenor de lo visto posteriormente: mala imagen, el gol en contra y la expulsión de Seoane. Sin embargo, los legionarios azules en la grada se empeñaron en reflotar a los suyos, si bien en ningún momento dejaron de animar. Su apoyo, de nuevo sobresaliente, no fue suficiente para que los de Cervera sumasen la primera victoria de curso. El Real Oviedo perdió, pero la afición hizo de tripas corazón y despidió con aplausos a su equipo. Habrá más oportunidades, y seguro que el oviedismo volverá a responder. Como ha hecho siempre.

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