La inspiración de David Gallego no es pionera en Asturias

El cambio de porteros para la tanda de penaltis resultó una sorpresa para todos, pero ni mucho menos es un caso único

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Mariño y Joel
Diego Mariño y Joel Jiménez, justo antes de la tanda de penaltis.
Dom, 16/01/2022 - 22:02

Los entrenadores deciden y eso fue lo que hizo David Gallego al apostar por Joel Jiménez en la tanda de penaltis. Pueden ser muchos o pocos los motivos para la crítica al entrenador del Sporting de Gijón, quien sin duda alguna volvió a dar una buena muestra de su personalidad en los octavos de final de la Copa del Rey. 

Apenas había hecho dos cambios en 118 minutos, por ello seguro que estaba siendo constante la crítica de muchos, cuando David Gallego se giró hacia su banquillo. Durante unos segundos, con aspavientos incluidos, se pudo ver que algo reclamaba mientras eran varios los jugadores que calentaban en la banda. Los seguidores que seguían 'la jugada' no entendían nada. Fue en ese momento, medio minuto después, cuando Joel Jiménez saltó desde el banquillo sin calentamiento previo, con prisas y esperanzado en ser el héroe del pase a cuartos. No pudo ser, y a pesar de la "confianza", según dijo Gallego, que tenía el debutante.

"Estaba hablado, el día anterior habíamos tirado penaltis y él había parado muchísimos", explicó el entrenador. Su determinación, más criticada que venerada, sí es inusual pero no insólita. Entre otros casos, ya lo hizo Thomas Tuchel en la final de la Supercopa de Europa el verano pasado, sustituyendo a Édouard Mendy por Kepa Arrizabalaga en el minuto 119. El portero español terminó siendo el héroe. 

Otro ejemplo más cercano, por tiempo y geográficamente, sucedió en Asturias hace unos meses en, precisamente, la fase previa de la Copa del Rey. Se enfrentaban el club ovetense Nalón y el Solares, con empate al final del tiempo reglamentario y también durante la prórroga. Estaba a punto de cumplirse el minuto 120, de nuevo corría el 119', cuando el técnico visitante dio la alternativa al portero Luis Samperio que estaba en el banquillo. Un factor decisivo para que el conjunto cántabro obtuviese su clasificación en la tanda de penaltis.