Movistar Estudiantes agua la fiesta en el Palacio
Un soberbio Granger, con 21 puntos y 35 de valoración, no dio opción al Alimerka Oviedo (87-101) en su estreno oficial en su nueva casa ante más de 5.000 espectadores
PABLO LORENZANA

Día importante para el baloncesto en Oviedo y en el Principado de Asturias. El Palacio de los Deportes de la capital reabría sus puertas tras su remodelación para el primer partido oficial del Alimerka OCB. Nada menos que en un enfrentamiento ante Movistar Estudiantes, uno de los clásicos del basket en España. La cita no podía tener un mayor reclamo y los 5.030 espectadores que asistieron así lo atestiguaron. Un dato que ya es historia para este club que merecía una noche como la de hoy, con la Real Banda de Gaitas Ciudad de Oviedo dando la bienvenida. Y todo a pesar de Granger.
En cuanto a lo ocurrido en la pista, Movistar Estudiantes encaminó su triunfo ya desde el comienzo y sin apenas anestesia. Un parcial de 0-18 en los primeros compases pusieron contra las cuerdas al Alimerka Oviedo (5-21), que parecía noqueado a las primeras de cambio. La mala selección de tiro en ataque y una blanda defensa de los ovetenses brindaban una gran renta a los madrileños (8-26) mediado el primer cuarto. El OCB despertó y un arreón de puntos, en su mayoría anotados por Parham, menguó la distancia al término del primer cuarto (25-32).
Seguía Parham enchufado, correspondido también por Nwaokorie y Copes, y el Alimerka Oviedo amenazaba con dar guerra en el segundo período. Sin embargo, Movistar Estudiantes se encargó de disipar rápidamente cualquier esperanza. Un parcial de 5-15 (36-51) volvió a poner tierra de por medio, con un acertado Salin que terminó el partido como máximo anotador de Estudiantes con 26 puntos. Una losa importante de la que los carbayones no parecían ser capaces a reponerse. Al descanso, 45-55.

La sensación era que el OCB debía remar mucho en la segunda parte si quería darle la vuelta. Y los Parham -que terminó el encuentro con 32 puntos y 40 de valoración-, Alonso Faure, Duscak y compañía se negaban a dejarse ir. Aunque los de Javi Rodríguez afinaron la puntería en el aro rival, más todavía lo hacía el Estu, con un soberbio Grengier, ovacionado al final del partido, y un incisivo Pato Garino, quienes sabían perfectamente el camino para hacerle daño al Alimerka Oviedo.
En el último cuarto, poca historia. El conjunto estudiantil jugó a placer, dominando con mano de hierro todos los registros del partido. La renta ya era inalcanzable. Solo quedaba disfrutar del ambiente, de una afluencia que ya es historia de este club y de esta ciudad. Una noche que difícil se olvidará, a pesar de Granger.