Pumarín enciende las alarmas: El Alimerka Oviedo se desangra
La falta de intensidad defensiva, el nulo acierto exterior, la fragilidad en el rebote o la inferioridad física son algunos de los síntomas de un equipo a la deriva
Acostumbrados a elevar la frente pare encontrar al Alimerka Oviedo Baloncesto en la clasificación de la LEB Oro, esta temporada para hacerlo requiere de un giro del cuello hacia abajo. Después de siete jornadas disputadas, los carbayones son colistas de la tabla con cero victorias y pleno de derrotas. Una situación tan inédita para el club de Pumarín como preocupante.
Este pasado domingo, los de Trifón Poch han sumado una nueva derrota, en este caso, ante uno de los gallitos del corral: el Movistar Estudiantes (90-60). Perder en el Wizink Center, un pabellón de Euroliga, ante un trasatlántico como es el equipo madrileño no es síntoma de preocupación. Pero hacerlo por una renta de treinta puntos y con tal sensación de impotencia e inferioridad, sí.
Los primeros partidos estuvieron marcados por las múltiples lesiones que sufrió el equipo y que le impidieron competir en igualdad de condiciones. Romeo Crouch (fractura de pulgar), Thorir Thorbjarnarson (rotura de fibras), Shaquille Walters (fascitis plantar), Nigel Pruitt (rotura de fibras), Craig Lecesne (fascitis plantar), Marc Martí (cruzado) y Oliver Arteaga (gemelo) formaron una lista incesante de lesionados. Ahora, con prácticamente todo el equipo disponible, los problemas son otros. O los mismos, pero sin la coartada de los lesionados.
Y es que el partido de ayer ante Estudiantes volvió a evidenciar las carencias tanto en un aro como en el otro. La falta de intensidad defensiva, el nulo acierto exterior, la fragilidad en el rebote o la inferioridad física son algunos de los síntomas de un equipo a la deriva. Todo ello metido en una coctelera da como resultado lo visto ayer: un equipo sin alma, con la excepción de uno o dos jugadores.
Y no es algo nuevo si tenemos en cuenta que los carbayones solamente han estado cerca de ganar en un partido, concretamente, ante Cáceres en Pumarín (68-71). El resto, derrotas sin demasiado suspense: Albacete Basket (88-42), Zunder Palencia (88-63), San Pablo Burgos (59-70), Juaristi ISB (94-85) o Força Lleida (68-84).
La situación actual es muy preocupante, teniendo en cuenta que al Alimerka Oviedo le separan tres victorias de la salvación. Así todo, lo bueno de este club es que sabe levantarse. Dentro de Pumarín habita gente con cicatrices que seguro pondrá todo su empeño en poder revertir la situación. La próxima oportunidad para reconducir el rumbo será el domingo en horario vermú (12.30 horas), ante Leyma Coruña en Pumarín.