El Alimerka Oviedo resiste y se lleva la victoria en Ourense
Los de Guillermo Arenas consiguieron un importante triunfo en Ourense (62-67) para dar un paso más en su lucha por la permanencia
El Alimerka Oviedo Baloncesto ha logrado la novena victoria de la temporada tras imponerse al Club Ourense Baloncesto por 62-67 en la disputa de la vigésimo novena jornada de la LEB Oro 22/23, en el que ha sido un partido de desacierto por parte de ambos conjuntos.
Los de Guillermo Arenas han sabido administrar la ventaja conseguida en el primer cuarto durante los 30 minutos restantes haciendo de sus carencias una virtud. Sin amenaza exterior (3 de 23 en triples), sin excelencia anotadora y siendo uno de los peores equipos de la liga en el rebote, los jugadores han demostrado un ejercicio de madurez excepcional para revertir lo primero amasando ataques para sus hombres determinantes y han mostrado una voracidad excepcional en defensa e intendencia para amarrar la victoria cuando el COB llegó a ponerse a tres puntos a segundos del final.
Para todo lo demás, Oliver Arteaga. En un partido sin brillanteces ofensivas, el pívot referencia del OCB ha completado un último cuarto de matrícula de honor. Yendo a la línea de tiros libres y cerrando el partido cuando la bola más quemaba. No será la estadística más brillante pero por él pasa todo.
Y lo que pasó hoy es que Guillermo Arenas se enfrentaba a su ex equipo. Un arma de doble filo para el técnico, que ha querido agradecer el recibimiento a la afición cobista en sala de prensa. Unos locales que, teniendo más argumentos en ataque, pronto dejaron muesca de su ansiedad en el luminoso. De un 9-2 se pasó a un 11-13. Arteaga ya despuntaba, Brown se ejercitaba en el rebote y Chuso y Martí estiraban el parcial 11-20 con el que se cerró el primer cuarto. Fueron los mejores minutos del OCB explotando las debilidades del rival y, sin mucho ruido, cimentar la victoria con oficio y aportación colectiva.
La premisa estaba clara. Apretar atrás y jugar en transición. Pero el segundo cuarto comenzó con un OCB excesivamente acelerado. En actitud y en ataque. Verse diez arriba tras solo un cuarto era territorio desconocido desde hacía mucho para la bisoña y necesitada cuadrilla del OCB. Tras dos triples de Urtasun y un 17-24 a dos minutos del inicio del segundo cuarto, Arenas solicitó tiempo muerto para ordenar ideas. Sólidos atrás pero sin clarividencia sobre el aro, el OCB fue solidario. Tónica que mantendría hasta el bocinazo final. Solidario cargando el rebote ofensivo y haciendo daño en segundas opciones. Así, Crouch dio tranquilidad para poner el más 11 a falta de cuatro para el descanso (23-34).
Probó entonces Arenas con otra variante táctica como ya hiciera ante Almansa. De bases, Thorir y Romeo, algo que agitara y que permitiera romper la zona que planteaban los locales que veían, sin embargo, que si el tanteo era bajo, menor era el del COB y que atrás las piernas respondían a los esfuerzos. Además, para cerrar la primera mitad, Peñarroya anotó un triple sobre el reloj para establecer la máxima diferencia: 27-39.
En la reanudación Ourense estaba obligado a subir porcentajes y el OCB a mantener el nivel de intensidad y concentración. No pasó ni lo uno ni lo otro, o muy poco. Al intento de reacción de los locales, escaso al comienzo, los visitantes contestaron con la misma medicina. Mediado el cuarto, 36-43 y escaso baloncesto sobre el parqué. Cada canasta un sufrimiento. Como la que consiguió Brown sobre Kuath o como la que hizo Martí a dos del final para poner la ventaja en más 13 y tiempo muerto de Ourense (36-49). Entonces sí, el Ourense espabiló. Dos triples de Ventura consecutivos y la pertinaz defensa zonal aturrullaron el final del cuarto y de quince de ventaja se pasó al 42-51.
Ya en el tramo decisivo, Ourense olió sangre. De nuevo dos triples y con Urtasun como faro, colocaron a los locales a tres puntos (50-53). El Alimerka Oviedo resistió en un ejercicio de madurez escasamente visto en toda la temporada. Oliver a la línea, rebote, penetración acertada y la bola en la mano de Peñarroya o Thorir y de nuevo nueve arriba. La mala noticia los problemas de faltas de Martí, eliminado, y Romeo, con tres en su cuenta.
Así se entró en el tramo decisivo. Una innecesaria falta de Crouch mandó a la personal a Pilepic que anotó los tres: 60-63 y 32 segundos de partido. Ahí emergió Arteaga, de nuevo y por última vez para poner la tranquilidad y sellar una victoria de mérito. La tercera a domicilio de la temporada para nueve totales y que permite confiar en los cinco encuentros que quedan en cumplir con el objetivo. Próxima parada, HLA Alicante.