El triunfo de 'El Requexón'

Hubo un tiempo en el que el Real Oviedo, aquejado por sus problemas deportivos e institucionales, tuvo que dejar de lado a su cantera. Desde los años 2000 en adelante muchos futbolistas tuvieron que abandonar el equipo e incluso encontraron condiciones ventajosas en otros clubes, algo que afectó al conjunto asturiano en el presente pero, sobre todo, en el futuro. Los periodos formativos son largos y, sin inversión, esa situación provocó una pérdida de patrimonio importante en el Oviedo, así como una presencia residual de sus canteranos. 

Las cosas han cambiado desde entonces y todo el trabajo que se ha ido realizando en los últimos años comienza a dar sus frutos. El primer equipo carbayón cuenta con hasta cinco futbolistas criados en El Requexón. Lucas, Jimmy, Mier, Viti y Borja Sánchez acumulan varias temporadas en el club y son el fiel reflejo en el que fijarse. El Oviedo, consciente de su importancia, ha atado a todos ellos de cara a la próxima temporada. 

Las lesiones han impedido que todos estén asentados en el once titular, pero aún así los que han estado disponibles han dado un paso al frente. Lucas y Viti Rozada viven probablemente su mejor momento como profesionales. El lateral, renovado la semana pasada hasta 2025, está siendo el jugador más destacado del equipo en lo que va de curso, mientras que el de Laviana se ha visto potenciado desde la llegada de Cervera. 

Más complejos son los casos de Borja Sánchez y Javi Mier, asolados durante gran parte del curso por las lesiones. El «10» carbayón ha vivido su peor temporada como profesional, pero cuando está sano es el futbolista más diferencial de la plantilla. Mier, el canterano con menos titularidades desde que está en el primer equipo, ha sufrido un calvario con las lesiones estas últimas temporadas y no ha tenido continuidad, pero ya ha demostrado ser muy útil en la rotación y con Ziganda llegó a acumular mucho protagonismo. 

Y entre ellos, también está Jimmy, el canterano con más experiencia en el Oviedo. El mediocentro es uno de los capitanes del primer equipo y debutó con Anquela en el banquillo, allá por 2018. Su caso es curioso: a pesar de que siempre se le tiene más en cuenta como futbolista de rotación, suele acabar haciéndose un hueco en el once. Y hasta ahora estaba siendo capital en los planes de Cervera. “Es  el jugador que más me ha sorprendido como futbolista”, afirmaba el técnico, pero una lesión en el hombro que le obligó a pasar por quirófano le frenó en seco. 

Y no solo hay cosas que destacar en el primer equipo: el filial viene pisando fuerte. Las nuevas generaciones auguran un buen futuro y, sin ir más lejos, el Real Oviedo Vetusta está siendo una de las grandes revelaciones de la temporada en 2ª RFEF. El equipo de Jaime Álvarez, a pesar de la abultada derrota ante el filial del Lugo (4-0) este fin de semana, está compitiendo a las mil maravillas y se encuentra a tan solo cuatro puntos del playoff de ascenso. Pero lo más importante es el aspecto formativo. Y en eso los azules están cumpliendo. 

Mangel y Bretones, que comenzaron la temporada en el filial, ya cuentan con ficha del primer equipo; mientras que otros como Yayo o Masca son habituales en los entrenamientos del equipo de Álvaro Cervera. La dirección deportiva carbayona se ha ido moviendo a lo largo de la temporada y ha renovado a 13 futbolistas del Vetusta, muchos de ellos en edad juvenil como Mario Fuente o Charbel. 

Y su buena temporada tampoco pasa desapercibida en el panorama internacional. Algunos, como es el caso de Osky y Yayo, incluso han sido incluidos en la prelista de la selección española sub-19 para unos amistosos el próximo mes de mayo. Charbel, un habitual en las listas de la selección Sub-20 de República Dominicana disputará el Mundial Sub-20 que se celebra en Argentina entre los meses de mayo y junio. Y en categorías inferiores, Pablo Menéndez Agudín sigue sumando minutos y titularidades con la selección española Sub-16, con la que incluso ya ha sido capaz de anotar un gol. 

El conjunto azul comienza a recoger lo sembrado y aún espera mucho más. La generación del 2004 es una de sus grandes esperanzas y la llegada del Grupo Pachuca no ha hecho más que reforzar la idea de priorizar la cantera. El conglomerado mexicano ya avisó desde su llegada que la formación de jóvenes talentos era uno de sus objetivos principales, de ahí la firme intención de construir una nueva ciudad deportiva en la que agrupar todas las categorías inferiores y seguir dando pasos para que cada vez más jugadores puedan llegar al primer equipo.