2025, serás eterno

Con las campanadas de esta medianoche concluirá un año histórico para el Real Oviedo, con un ascenso a Primera división que cambió el relato

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Ascenso
Mié, 31/12/2025 - 18:11

Hace apenas unos días, los Diego Cervero, Jon Carrera, Michu, Aldeondo y compañía volvieron a pisar un Carlos Tartiere que a comienzos del siglo XXI tenía más barro que verde. Nombres que pasarán a la historia por tirar del Real Oviedo cuando más lo necesitaba, en mitad de un momento crítico que a punto estuvo de costarle la vida al club carbayón. Pues bien. ¿Quién les iba a decir a estos héroes del barro que dos décadas después los azules iban a volver a Primera división?

El 2025 será histórico por eso: el regreso del Real Oviedo a la máxima categoría tras 24 años deambulando entre Segunda, Segunda B y Tercera. Aunque parezca lejano, el año comenzó bajo la tutela de Javi Calleja, afrontando un derbi ante el Sporting de Gijón en el Carlos Tartiere que se le escapó en la recta final. Los azules transitaban en puestos de play off, a tiro de piedra del ascenso directo, un objetivo que se mantuvo tan al alcance como lo era salir de las posiciones de promoción. Todo en un puño.

Y lo que es el fútbol. Una vez que el Real Oviedo alcanzó la segunda posición en la jornada 28 tras ganar en El Plantío, tres derrotas (Deportivo, Mirandés y Granada) y un empate (Elche) precipitaron la destitución de Calleja, una decisión que pilló a contrapié a propios y a extraños. Fue un movimiento arriesgado visto desde fuera, pero necesario según entendían quienes mandaban. Llegó Veljko Paunovic y el resto ya es historia. La apuesta salió ganadora.

De la mano del serbio, el Real Oviedo recobró la ilusión. Incluso se llegó a soñar con el ascenso directo en la última jornada. Después de un play off épico, los carbayones besaron la gloria el 21 de junio, desencadenando una euforia que paró el reloj en la capital asturiana. Fue una mezcla de éxtasis por la remontada ante el Mirandés y de liberación después de muchos años de sinsabores e incertidumbre. Del 'Volveremos' al 'Volvimos'. El Real Oviedo estaba de vuelta en Primera división y había que echarse a las calles.

Esta gran alegría no vino sola. A este éxito del equipo de Paunovic lo acompañó el ascenso del Real Oviedo Femenino a Primera RFEF y el del Vetusta a Segunda RFEF. Una triple corona que encumbró al Grupo Pachuca, cuyo proyecto había salido cara en el club carbayón después de tres años de gestión. No cabía mejor prólogo al año del centenario.

Eso fue en verano. Meses después, el castillo de naipes se derrumbó: de la euforia a la decepción. Al margen de resultados deportivos -se podían suponer para un recién ascendido-, la mar se volvió brava por determinadas decisiones tomadas tanto en los meses estivales como durante el transcurso de la competición. Las más descaradas: una deficiente planificación deportiva, una anticipada salida de Paunovic, la polémica vuelta de Luis Carrión y ahora la arriesgada llegada de Guillermo Almada.

Fueron decisiones que el oviedismo no comprendió y que desencadenaron una guerra interna inconcebible hace apenas unos meses. Un revuelo que frenó hasta la comida de Navidad del club y generó un clima muy áspero entre el equipo y una afición, que se sintió traicionada por los dueños del Real Oviedo. Todo lo vivido aquel 21 de junio parece ya muy lejos.

No fueron semanas fáciles, pero el oviedismo sabe mejor que nadie cómo lamerse las heridas. Lo vivido el sábado en el Encuentro de Leyendas significó una tregua que invita a la paz y, por qué no, a la esperanza. Volver a rencontrarse con los héroes del barro y con las leyendas que escribieron las páginas más doradas del club, así como palpar la unión entre generaciones en las gradas, fue un bálsamo que no debe caer en saco roto.

Ahora solo falta que el nuevo año venga con goles debajo del brazo y que el Carlos Tartiere vuelva al estado de erupción, como lo fue el pasado 21 de junio. Aunque el 2026 es todavía incierto, lo que es está claro es que, a pesar de un final amargo, el 2025 será eterno: el año en el que el Real Oviedo cambió su propio relato.