La afición del Sporting no tiene precio
Las taquillas de El Molinón vuelven a registrar colas para hacerse con los nuevos abonos. Ayer se registraron cerca de 300 renovaciones, una cifra superior a la primera tarde del año pasado
Una fidelidad que no entiende de precios. La afición del Sporting de Gijón ha reaccionado con fuerza a la inauguración de la campaña de abonados 2022/2023. A pesar de los notables aumentos en el coste de los abonos para la próxima temporada planteados por el Grupo Orlegi, la masa social rojiblanca ha vuelto a demostrar su arraigo con el equipo.
Desde la jornada de ayer cuando se ponían a la venta los primeros abonos, las taquillas de El Molinón presentaban un gran ambiente. Este viernes, la escena ha vuelto a ser similar. Con el horario de apertura de las oficinas comenzaba el goteo constante de aficionados dispuestos a renovar su carné de abonado del Sporting de Gijón. La gente ha optado por renovar su abono en los primeros días de campaña, ilusionados por el nuevo proyecto que se dibuja en el horizonte rojiblanco.
Fruto de ello han sido las colas que se han vuelto a formar esta mañana en los aledaños de El Molinón, con algo menos de un centenar de aficionados dispuestos a renovar su compromiso con la entidad. A pesar de la subida de abonos, que va desde los 10 hasta los 280 euros en las zonas en las que más se ha dejado notar el incremento, la afición del Sporting vuelve a demostrar ser una afición que no tiene precio.
En la jornada de ayer, se produjeron en torno a los 300 renovaciones en poco más de tres horas. Una cifra superior a la primera tarde de campaña de la temporada pasada. Además, se tratan de renovaciones presenciales, con la imposibilidad para aquellos aficionados que no se encuentren en Gijón. Además, ayer también se produjeron nuevas altas de socios. El objetivo ambicioso de David Guerra, fijado en 20.000 abonados, empieza con buen pie.
