Otra debacle, indiferencia y con los deberes por hacer antes de visitar Oviedo
El Real Zaragoza, próximo rival del equipo de Luis Carrión, llegará al Carlos Tartiere después de perder 1-3 ante el Burgos en La Romareda
No bajan tranquilas las aguas del Ebro. El Real Zaragoza, próximo rival del Real Oviedo este domingo en el Carlos Tartiere, se plantará en la capital del Principado después de caer derrotado (1-3) ante el Burgos de Jon Pérez Bolo. Un encuentro en el que fue protagonista el ex oviedista Joni Montiel, autor del primer tanto para el conjunto burgalés.
Esta derrota volvió a sembrar las dudas en La Romareda, después de dos semanas en las que reinó la paz. Y todo tras empatar en casa del líder, el Leganés, y ganar a domicilio al Huesca en el derbi aragonés una jornada antes. Esta buena dinámica del Zaragoza invitaba a que el partido de ayer frente al Burgos fuera el último paso para conseguir la permanencia virtual, pero ese objetivo de momento se le resiste.
El Zaragoza visitará Oviedo decimocuarto en la tabla con 46 puntos, cinco por encima del descenso que marca el Alcorcón. El hecho de que haya varios equipos entre medias antes de la zona roja tranquiliza a la afición maña, que así todo espera que su equipo, a falta de cuatro jornadas, firme la salvación lo antes posible. El objetivo ahora es poder comenzar a planificar el próximo curso, una vez salgan las cuentas de la permanencia.
Pensando en la presente, esta campaña ha significado una decepción más para la hinchada zaragozista, que esperaba que su equipo, a estas alturas, fuera uno de los candidatos al ascenso a Primera. De hecho esas eran las previsiones después de las primeras jornadas de competición, con el Zaragoza entre los primeros tras once semanas de competición. Desde entonces, una mala dinámica de resultados ha precipitado el paso de tres entrenadores por el banquillo de La Romareda.
Después de semanas de tensión con Julio Velázquez al frente de la nave zaragocista, y su posterior despido, la llegada de Víctor Fernández al vestuario maño hace un par de meses aplacó la crispación de una afición que asiste con indiferencia a un cierre de temporada descafeinado. El Oviedo, que espera volver a rendir como este pasado sábado en Huesca, confía en sacar partido del momento de bajón que vive el Zaragoza.