Un mal que viene repitiéndose en el Oviedo

Tres partidos, tres combinaciones distintas y un mismo problema: el equipo sigue sufriendo por el costado derecho

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Lucas
Mié, 29/10/2025 - 21:31

Desde la llegada de Luis Carrión, el Real Oviedo ha buscado sin éxito solidez en su banda derecha. Los tres partidos dirigidos por el técnico —Espanyol, Girona y Ourense— han dejado un patrón claro: el equipo recibe demasiado castigo por ese sector, donde los ajustes defensivos siguen sin funcionar y los rivales encuentran espacio con facilidad.

En su estreno ante el Espanyol, Carrión apostó por Nacho Vidal como lateral y Hassan por delante, en una disposición clásica que pretendía asegurar profundidad sin perder equilibrio. Sin embargo, el plan se resquebrajó con el paso de los minutos. El conjunto catalán encontró vías de acceso constantes por ese costado, aprovechando las dificultades de Hassan para replegar y la falta de sincronía en las coberturas.

Una semana después, en Montilivi, el técnico azul introdujo una variante todavía más arriesgada. Mantuvo a Nacho Vidal en el lateral, pero colocó a Fede Viñas, un delantero centro, en la banda derecha durante la fase defensiva. La apuesta buscaba cargar el área y ganar presencia ofensiva, pero tuvo un peaje claro: Viñas no está acostumbrado a desempeñar funciones defensivas en ese rol, y el Girona explotó esa debilidad con insistencia. Por ese lado llegaron varias de las jugadas más peligrosas del equipo local en un partido de ida y vuelta que acabó en 3-3.

En Ourense, el dibujo cambió de nombres, pero no de resultado. Con Lucas en el lateral y Hassan de nuevo en el extremo, el Oviedo volvió a sufrir por el mismo flanco. El conjunto gallego volcó su ataque hacia esa zona, detectando una grieta que ni las ayudas de los mediocentros ni las intervenciones de los centrales lograron cerrar. Por ahí llegaron las acciones que encendieron la remontada del rival.

Tres partidos y tres fórmulas distintas que no han conseguido estabilizar el sistema. El problema parece más colectivo que individual: el equipo no coordina bien las coberturas ni equilibra el bloque cuando pierde el balón. La consecuencia es clara: los laterales quedan expuestos y los rivales encuentran demasiada facilidad para progresar por ese carril.

Carrión tiene en ese sector una de sus tareas urgentes. Más allá de los nombres, el Oviedo necesita ajustar movimientos y reforzar la estructura para cerrar una banda que se ha convertido en uno de sus puntos débiles más evidentes.