Viejos conocidos para un nuevo comienzo
El técnico regresa a un vestuario que conoce bien y que conserva hasta seis futbolistas de su anterior etapa: una base que puede acelerar la adaptación
Real Oviedo

El nuevo ciclo en el Real Oviedo ha comenzado con una sensación clara: Luis Carrión no parte de cero. El técnico catalán, presentado esta semana tras la destitución de Veljko Paunovic, regresa a un club y a un vestuario que no le son ajenos. Su anterior paso por el banquillo azul le dejó un conocimiento valioso de la casa, de su entorno y, sobre todo, de varios de los jugadores que hoy siguen siendo piezas importantes en el vestuario.
Más de un año después, Carrión se reencuentra con Lucas Ahijado, David Costas, Dani Calvo, Oier Luengo, Santiago Colombatto y Santi Cazorla, seis futbolistas a los que ya dirigió durante su primera etapa. Jugadores de peso, con experiencia en la categoría y un perfil competitivo que el técnico conoce bien. Esa base supone un punto de apoyo para su aterrizaje y puede facilitar la rápida asimilación de su idea de juego.
El nuevo entrenador hereda un equipo construido sobre el éxito reciente, pero que necesitaba un cambio de rumbo, según entienden desde el club. Carrión, que siempre ha defendido un fútbol valiente y protagonista con balón, llega con el reto de recuperar la confianza y la identidad ofensiva de un grupo que ha alternado buenos momentos con desconexiones preocupantes.
Su ventaja radica no solo en el conocimiento de los jugadores, sino también en su relación con el entorno. Conoce El Requexón, la exigencia del Tartiere y el pulso de una afición que valora el compromiso por encima de todo. En su presentación habló de ilusión y confianza en el club, destacando que volver al Oviedo "es una suerte" y que quiere reencontrarse con las sensaciones de su anterior etapa.
Carrión sabe que no hay tiempo que perder. El calendario aprieta y el debut ante el Espanyol se presenta como un examen inmediato. Pero el técnico parte con un terreno ya conocido, una base sobre la que construir y un vestuario en el que algunos de los suyos siguen ahí, listos para remar de nuevo juntos.