Antecedentes para el optimismo: El Oviedo y un espejo en el que reflejarse
El Valladolid consiguió el ascenso el curso pasado y vivía una situación similar a los azules a estas alturas
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33 puntos en juego y un sueño por cumplir. Ese es el enorme reto de un Real Oviedo que vive uno de los momentos más delicados de la temporada. Por primera vez desde la llegada de Calleja, el equipo acumula tres encuentros consecutivos sin ganar y ha pasado de dormir líder hace unas semanas a poder salir esta próxima jornada de los puestos de play off. Las dudas de la afición también aumentan y apuntan directamente al banquillo. Una situación que ya vivieron otros equipos en el pasado y, algunos, fueron capaces de resolverla con éxito. A eso se agarra el Oviedo.
No hay que irse muy atrás para ver un ejemplo parecido: el del Real Valladolid la temporada pasada. Tras el final de la jornada 31, el conjunto pucelano se encontraba a la misma distancia del ascenso directo que el Oviedo ahora, a cinco puntos, con la salvedad de que los blanquivioletas estaban incluso fuera de los puestos de play off, en la séptima plaza.
Tras un mal inicio de temporada, el Valladolid llegó a tiempo a la pelea, pero nunca llegó a convencer del todo a su afición. Además del conflicto con la propiedad, dirigida por Ronaldo Nazario, la grada señalaba directamente a su entrenador, Paulo Pezzolano, quien no fue capaz de ofrecer un juego que convenciese a los aficionados del José Zorrilla. Los pucelanos estuvieron durante más de cuatro meses sin enlazar dos victorias seguidas y la tensión fue máxima hasta final de temporada.
La derrota en la jornada 31 fue un punto de inflexión clave en la temporada y tras ella el Valladolid enlazó 10 encuentros consecutivos sin perder, en los que consiguió ocho triunfos y consiguió el ascenso directo a falta de la última jornada. Ese es el espejo en el que buscará reflejarse el Oviedo. Dentro del conjunto azul hay una clara convicción de que hay plantilla suficiente para luchar por lo máximo y aún quedan puntos suficientes para lograrlo.
En la capital del Principado también existen ciertas dudas respecto a la labor de Calleja, cada vez más visibles en la afición, pero el ambiente sigue siendo positivo en el estadio –pese a la elevada exigencia– y no se ha llegado al punto de Valladolid. También el vestuario le respalda. “No hay que dramatizar con la situación, ha sido un pequeño bache pero el equipo entrena bien y confía en lo que hace”, reconocía Nacho Vidal esta mañana.
El Oviedo también quiere su particular punto de inflexión y ante el Granada tiene la oportunidad ideal para conseguirlo. Si los azules consiguen el triunfo dejarán muy tocado a los nazarís, un rival directo en la lucha, y podrán acercarse a esos dos primeros puestos. Aún queda tiempo por delante y el conjunto azul ya sabe que hay ejemplos en los que poder reflejarse.