Conformismo o paciencia en el Sporting

La victoria en el derbi asturiano, el discurso amable de Rubén Albés y los brotes verdes que por momentos ofrece el Sporting de Gijón. Quizá estos son parte de los motivos por los que el conjunto gijonés está esquivando la crítica generalizada. 

Es el peor inicio de los últimos 10 años junto al del curso 2018-19. Una victoria, tres empates y dos derrotas para un total de 6 puntos de 18 posibles. Un arranque nada ilusionante que en otras ocasiones hubiesen impulsado una crítica feroz. Sin embargo, el entorno social está concediendo el beneficio de la duda. 

Lo hace a sabiendas de la buena sensación que transmite el entrenador, por quién el club hizo su mayor apuesta del verano. Precisamente el mercado es otro de los aspectos por los que la paciencia puede ser confundida con la resignación. Los seguidores rojiblancos observaron un cierre del periodo de fichajes muy alejado de sus ilusiones. Una plantilla corta y, sobre todo, sin más refuerzos ilusionantes. No llegó esa guinda con el perfil de extremo que pidió Rubén Albés y tampoco la vieja demanda del '9'. El primer equipo se cerró con un delantero menos en comparación con el bloque que terminó la pasada campaña. 

Paciencia aparte, las próximas jornadas pueden cambiar el sentir de la masa social rojiblanca. La paciencia habrá sido una virtud si los siguientes resultados son positivos. De lo contrario, por mucha benevolencia y bajas expectativas, el conformismo se convertirá en preocupación y malestar. 

Hasta la fecha, El Molinón ha superado con creces los 20.000 espectadores en los tres partidos que ha acogido. Una asistencia que ha comenzado por encima de lo habitual y que probablemente vuelva a ser notable este sábado en la visita del Zaragoza. Además, habrá aficionados maños en las gradas de El Molinón.